Ha bajado la nieve, divina criatura
Ha cubierto la nieve campo, valle y alcores
Ha de pasar la vida. Ha de llegar la muerte
Ha enmudecido el campo, presintiendo la lluvia
Ha llegado el momento del desborde...
Ha llovido tanto y tanto con esa fuerza del verano
Ha muchos años que busco el yermo
«Ha muerto... ha muerto»... dicen tan claro que no entiendo...
Ha muerto un hombre y están juntando su sangre en cucharitas
Ha quedado un olor entre los cañaverales
Ha tanto ya que mi desdicha dura
Ha terminado el libro. En él mi amada
Ha terminado la creación sublime
Ha triunfado otro ay. La verdad está allí
Ha venido tu lengua; está en mi boca como una fruta en la melancolía
Ha venido una alma en la sombra
HABANERA [Mario Benedetti]
HABANERA [Roberto Fernández Retamar]
Haber escrito tan en la sombra como para que quieta sangre sea
Haber estado fuera de ti mismo, un viaje vertiginoso, y después
Haber perdido la vida ya muy pronto
Haber visto crecer a Buenos Aires, crecer y declinar
Haberse visto en colmo de cuanto el hombre ansía
Había avanzado la noche hasta establecer sus dominios
Había en un corral un gallinero
Había nacido agricultor. Y un día
Había pájaros en el fondo del mar
Había pedido la seguridad y el atrevimiento después de sacrificar a su mujer
Había que bajar todos los toldos de la casa
Había que escribir sin para qué, sin para quién
Había recibido del cielo el presente de una belleza infausta
Había resuelto esconderse para el sufrimiento
Había suficientes parras en tus párpados
Había un hombre que tenía una doctrina
Había una barcaza, con personajes torvos
Había una luna grande en medio del mundo
Había una vez, en un pueblecito no lejos de México
había una vez un perro vertical un pájaro de alcohol
Había una vez un poeta portugués
Habiendo llegado al tiempo en que
HABIENDO MUERTO UN TORO EL CABALLO A UN CABALLERO TOREADOR
[H]Abiendo, Princesa muy esclarecida
Habitaba conmigo allí en la colina espaciosa
Habla, bulto animado, no tu esquivo
HABLA EL HUMO EN EL VIENTO DE LA MANZANA
HABLA NUEVA EDICIÓN DE CORALES LENTOS
Hablaba de otro modo que nosotros todos
Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba
Háblame más... y más..., que tus acentos
¡Háblame! Que tu voz, eco del cielo
Hablamos para nada, con palabras que caen
Hablan los manantiales en la noche
HABLANDO BIEN Y TARDE. HABLANDO MAL Y PRONTO
HABLANDO CON SU DAMA YA DIFUNTA
Hablando de la leña, callo el fuego?
Hablando en su labor dos tejedores
Hablar de esta ciudad, en la que alojo
Hablarte o deshablarte/dolor mío/
Hablé. Nosotros lo comprenderíamos
Hablemos de la noche en que me incluyo
HABLO CON GLORIA FUERTES FRENTE AL WASHINGTON BRIDGE
Hablo contigo, oh Muerte, en la dulzura
Hablo de una presencia desolada
Habrá en el mundo vacas más benignas que éstas?
Habrá en otra región de azules velos
Habré de levantar la vasta vida
Habréis de conocer que estuve vivo
Habría de saber, por ti, que nada había
Habría que lavar no sólo el piso; la memoria
habría un par de cosas que decir/
Hace algún tiempo solía dividirme en innumerables personas
Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas
hace frío en esta zona del país
Hace frío en los atrios esta noche
Hace mucho que rondo las palabras
Hace tanto la música ha callado
Hace tiempo, algún alma ya borrada fue mía...
Hace tiempo que Dios no me habla
Hace tiempo que en una ciudad incaica (no importa el nombre)
Hace tres días salió Adán y no ha vuelto
Hace ya tiempo que habito este palacio
Hace 16 años que Ted Berrigan publicó
Hacen dinero o sueñan con orgullo
Hacia arriba tus días trepadores
Hacia el baño corriendo va la hermosa
Hacia el bosque galopa, precedido
Hacia el cielo tu himno de rubíes
Hacia la arena tibia se desliza
Hacia la perspectiva de las dunas
Hacia los muros del naciente Cuzco
Hacía pocos años que había terminado la guerra de España
¿Hacia qué levantados designios nos lleva el gran viento
¿Hacia qué soledad te encaminas
Hacinando hiel detrás del polen
Haga Dios que del mundo en las mudanzas
Hagamos entonces homenaje a la bestia endurecida y abstrusa
Hago girar mis brazos como dos aspas locas
Hago punto final. Gloria o miseria
Hago versos señores, hago versos
HALLA EN LA CAUSA DE SU AMOR TODOS LOS BlENES
Hambre y sed padezco: Siempre me he negado
Han bajado los indios tarahumaras
Han cerrado la zona. A esta hora
Han izado el amor. Lo están clavando
Hartazgo y orgasmo son dos pétalos en español de un mismo lirio tronchado
Harto ya de alabar tu piel dorada
Harén de tu arenal. Por todas partes
Harto de hiel y de feroz inquina
Harum mandó a Belut que le escribiera
¿Has dicho que no hay Dios, amigo mío?
Has ganado la punta de maldad que necesitan los buenos
Has llegado de nuevo. Te esperaba
Has medido el tiempo de tu corazón
Has muerto tantas veces; nos hemos despedido
¿Has visto, Clara Rosa, cómo juega la espuma
Has visto como crecen las plantas
Has vuelto, organillo. En la acera
Háseme ayer pasado todo el día
Hasta aquí percibió, quien pudo, atento
¿Hasta cuándo, decid, en vil reposo?
Hasta cuándo esta tinta, dime, Fabio
Hasta cuándo estaremos esperando lo que
¿Hasta dónde, bendita esperanza
Hasta dónde entra el campo a la ciudad, de noche?
Hasta el ángulo en sombra en que, al soñar los leves
Hasta el árbol tronchado en el camino
Hasta el Central Park salen las voces
Hasta el día en que vuelva, de esta piedra
Hasta el Olimpo que la Tierra llora
Hasta ese flanco del bastión andino
Hasta hace poco me despertaba un rumor de pájaros
Hasta los niños la miraban, cuando
Hasta muriéndote me hiciste bien
Hasta nosotros la infancia de los metales raros
Hasta que el tiempo fue reconstruido
Hasta que en el Oriente palideci el lucero
Hasta que mueres tú, joven valiente
¡Hasta sus perfumes duran más que ella!
Hastiada de reinar con la hermosura
HASTÍO DE UN CASADO AL TERCERO DÍA
Hay algo de inexacto en los recuerdos
Hay algo denso, unido, sentado en el fondo
Hay algo en mí que surgirá y reviva
Hay algo más que el viento buscando ser instinto
Hay algo que espero junto a mi ventana
Hay belleza en el lirio inmaculado
Hay ciudades que son capitales de gloria
Hay demasiada primavera en el aire
Hay demasiada sombra en tus visiones
Hay días en que el aire no existe
Hay días en que el camino se hace difícil
Hay días en que el tiempo acude manso
Hay días en que somos tan móviles, tan móviles
Hay días en que yo no soy más que una patada, únicamente una patada
HAY DIFERENTES TIPOS DE DISCURSOS
Hay dos clases de poetas modernos
Hay dos Españas: la del soldado y la del poeta
Hay dos españas, la del soldado y la del poeta
Hay dos tornos diabólicos en la ciudad
Hay el poeta que escribe al rey o al duque
Hay en Colombia inmensas llanuras desoladas
Hay en la paz de las ciudades yertas
Hay en las soledades de la puna
Hay en los campos de mi hermosa antilla
Hay en medio del rústico boscaje
Hay en tus pies descalzos: graves amaneceres
Hay en Zapotlán una plaza que le dicen de Ameca
Hay entre las tinieblas de mi vida
Hay escrito un cantar muy doloroso
Hay frutos que suben intensamente por la luz que los toca
Hay ganas de volver, de amar, de no ausentarse
HAY GENTE QUE NOS HACE EL AMOR POR DETRÁS
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
hay hombres con una historia o dos
Hay hombres que viven buscando la gloria
Hay jovencitas que mean con estupor de rana
Hay la ley del milagro que regula
Hay maderas oscuras y profundas como tus ojos y tus cabellos
Hay, madre, un sitio en el mundo, que se llama París
Hay momentos, mujer, en que te olvido
Hay momentos también en que dejamos
Hay mucha luz. La tarde está suspensa
Hay noches que debieran ser la vida
Hay otra forma de hacer las cosas
Hay pájaros que llevan en sus alas
Hay que andar por el mundo como si no importara
Hay que caer y no se puede elegir dónde
HAY QUE COMER CARNE DE GATO...
Hay que cortar la rosa, pues de cualquier manera
Hay que cuidarla mucho, hermana, mucho
Hay que decirlo: el alma no es la plácida fuente
Hay que mecer el tallo de esta hierba
HAY QUE PAVIMENTAR la cordillera
Hay que volar en este tiempo, a dónde?
Hay quien dice que estoy como una cabra
¿Hay quien quiera comprar nueve doncellas
Hay quienes se resisten deshilachadamente
Hay rocas que conservan, alegatos
Hay rosas que se abren en selvas misteriosas
Hay sangre en las estrellas, sangre viva
Hay seres que son más imagen que materia
Hay siempre una señal, en un momento
Hay sólo dos países: el de los sanos y el de los enfermos
Hay sueños que no mueren. se empeñan
Hay tanto amor en mi alma que no queda
¡Hay tanto frío fuera, en el mundo!
Hay tanto que temer, do no hay ventura
Hay un agua salobre y solitaria
Hay un ángel de este lado de la calle
Hay un astro que llora en la noche
Hay un dolor colgando del techo de mi alcoba
Hay un fantasma que siempre viste
Hay un fuerte magnetismo en las estrellas...
Hay un instante del crepúsculo
Hay un lugar en que la vida tiembla
Hay un modo de que me hagas completamente feliz
Hay un muerto flotando en este río
hay un ojo de fuego sentado en mi mesa
Hay un primer amor, hermosa dama
Hay un pueblo satánico, maldito
Hay un sitio en el mundo, ¿en dónde, en dónde?
Hay un sueño que sueña la vida
Hay un temblor de aguas en la frente
Hay un tétrico fantasma que en el cáliz de mi vida
Hay un tropel de potros sobre la pampa inmensa
Hay un verde laurel. En sus ramas
Hay una brisa de inefable ruido
Hay una enfermedad secreta llamada Lisa
Hay una Granada que vive detrás de los visillos
Hay una gruta, misteriosa y negra
Hay una hora de Gólgota en la vida
Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar
Hay una luz en el claustro. Es un
Hay una magia en tu cantar, Teresa
Hay una raza vil de hombres tenaces
Hay una rosa escrita en esta página
Hay una tristeza inherente a las cosas
Hay unos seres que conocen cada
¡Haz grabar en tu arco de austera arquitectura
Haz que yo pueda ser, amor, la escala
He abierto la ventana. Entra sin hacer ruido
He acudido. Dos clavos están solos
He almorzado solo ahora, y no he tenido
He amado las palabras con mi hambre más honda
¡He aquí del año el más hermoso día
He aquí dos rosas frescas, mojadas de rocío
He aquí el asilo de la eterna calma
He aquí el ciego, que sólo ve la vida en el recuerdo
He aquí el gran Dios desconocido
He aquí el reverso del tapiz. La vida
He aquí la jaula de las culebras
He aquí la lluvia idéntica y su airada maleza
He aquí la mesa. Aún sobre el olvido
He aquí la regla de oro, el secreto del orden
He aquí las cenizas, oh Salto, de tu hijo
He aquí las mariposas de colores diversos reunidas en estos lugares de papel
He aquí lo más hondo de la noche
He aquí lo que hizo Pedro siendo un niño. La historia
He aquí manifestada mi potencia
He aquí, pintor, tu espléndido paisaje
he aquí que daniela un día conversó con los ángeles
He aquí que hoy saludo, me pongo el cuello y vivo
He aquí que por fin llega al verbo también el pequeño escarabajo
He aquí que tú estás sola y que yo estoy solo
He aquí unos muertos cuyos huesos no blanqueará la lluvia
He avanzado por túneles de niebla, he avanzado
He bebido agua y no era eso lo que quería
He bebido del chorro cándido de la fuente
He bebido tu carta con febril impaciencia
He buscado en mi corazón el instinto de la simiente
He callado largamente para escuchar mejor las voces
He cometido el peor de los pecados
He conocido a una pobre muchacha
He construido un jardín como quien hace
He dado el salto de mí al alba
¿He de acabar dormido oyendo a Bach
He de amoldarme a ti como el río a su cauce
He de encomiar en verso sincerista
He de hallar la pajiza flor del alba
—He de pasar—te dijo el soberano
He de sembrar tu tierra, amada mía
He de tener mis sauces, mis mastines
He de tornar al Ser súbitamente
He de volver. No sé cuándo ni cómo
He dejado al arbitrio este recuerdo
He dejado las puertas entornadas
He dormido en el andén del metro
He dormido en la majada sobre un lecho de lentiscos
He dormido esta noche en el monte
He empezado a hablar con mi propio espejo
He empezado cien veces este poema cruel
He envejecido dentro de tus ojos
He escuchado las notas de tu piano
He estado combatiéndole con mi rencor de rocas
He ido a ver el parque de Lezama
He ido bajo Helios, que me mira sangrante
He ido marcando con cruces de fuego
He leído en mi niñez las memorias de una artista del violoncelo
He ledío tu carta: ¡qué elegante!
¡He llegado a un talud en mi aventura
He llegado harto pronto o harto tarde
He llegado hasta aquí navegando por el Mar Rojo
He llorado esta noche un sueño escarchado de nardos y fusiles
He mirado al mendigo mucho más que otras veces
He mirado la patria largamente
He mordido manzanas y he besado tus labios
He perdido el hilo de mi pensamiento
He perseguido al pájaro oculto de la tarde
He poblado tu vientre de amor y sementera
He puesto cinco plumitas de avestruz
He puesto mi silencio a medianoche
He quemado las naves de mi gloria
He querido morir, Señor, pero he vivido
He querido querer, Señor, y no he podido
He recorrido el palacio mágico del sueño
He recorrido el territorio de Elsinor para allegar noticias acerca de Ofelia
He releído hoy la historia antigua
He renunciado a ti. No era posible
He repartido mi vida inútilmente entre el amor y el deseo
He salido a los campos, como en busca del aire
He salido sin tiempo de la casa de Octavio
He seguido los pasos de una mujer pensativa
He sentido tu sed contra mi boca
He sido a un mismo tiempo contradictoriamente
He sido el rey de los «qué cerca estuve»
He soñado con la beldad rubia. Miro su despejo y siento su voz
He soñado una fuga. Y he soñado
He sorbido tus lágrimas, princesa
He venido del más lontano país lontano
He tallado en tus mármoles lejanos
He tenido que dar, multiplicarme
He tirado al abismo el hueso de la misericordia
He tocado los límites del tiempo
He vencido al ángel del sueño, el funesto alegórico
He vendido mi alma dos veces al diablo
He venido a sembrar mis huesos otra vez
He visto a la dicha perderse gritando
He visto a la muerte de cerca, de cerca
He visto ayer sonidos generales
He visto delfines en el Mar Mediterráneo
He visto en los jardines tales Junios sin hombres
He visto olvidos de todos tamaños
He vivido en la superficie de las cosas
He vivido entre los arrabales, pareciendo
He vivido: me he muerto: y en mi andante
He vivido mis años tan absorto
He vuelto a media noche a mi casa, y un canto
He vuelto ahora sin saber por qué
He vuelto de la cita con cuatro alas de abejas
He vuelto por el camino sin yerba
He vuelto solo al césped del collado
Hecha una fierecilla deliciosa
HECHO DE MEMORIA AL PIE DE UNA FUENTE
Hecho de nada soy, por nada aliento
Hecho el mundo llegó el hombre
Helada cárcel mi silencio tuvo
Hélas! je ne suis plus un pote, un artiste
HELENA [Julián del Casal]
HELENA [Leopoldo Díaz]
Helos allí: junto a la mar bravía
Hembra firme, sin macho, virgen bajo la selva
Hembra que entre mis muslos callabas
Heme al pie de tu altar, ya prosternado
Heme aquí de nuevo, poesía, vuelto hacia ti el rostro
Heme aquí, el heredero con su haber: apellido
Heme aquí en los umbrales de la ley
Heme aquí frente a ti, mar, todavía
¡Heme otra vez en el risueño albergue
Heme ya al fin desconsolado y solo
Hemorragia de luna sobre el parque plateado
Hemos amado juntos tantas cosas
Hemos andado despacio, sin acabar nunca
Hemos mentido. Hemos una y otra vez mentido siempre
Hemos perdido aun este crepúsculo
Hemos visto, ¡alegría!, dar el viento
Heráclito vivía en un río de Éfeso
¡Herakles, ven! ¡El mundo necesita
HEREDAMOS EL DOLOR Y LO TRANSMITIMOS
Herida en breve de dolencia aciaga
Herido el blanco pie del hierro breve
Herido por nosotros como ciervo
Herido por un dardo en la pelea
Herido siempre y a un designio atado
Herido voy, herido; no me alienta
Hermana: Amiga: mi adorada Elvira
Hermano: a veces dudo si existes o te sueño
Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa.
Hermano pan: en el mantel de lino
Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía
Hermanos del dolor, bardos amigos
HERMANOS DESPIDIÉNDOSE ANTE EL MAR
Hermosa fuente que al vecino río
Hermosa Laura, prez de las mujeres
Hermosa más que el Sol, antes nacida
Hermosa sí lo eras pero ruín y turbia
Hermosa y sana, en el pasado estío
Hermosas damas, si la pasión ciega
Hermosas hebras de ébano luciente
Hermosas ninfas, que, en el río metidas
Hermosísimo invierno de mi vida
Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo
Hermosos instantes sin memoria
Hermosos ojos donde amor se anida
Hermosos ojos que no veis, topacios
Hermosura perfecta no consiste
Hernán Cortés en su caballo zaíno
Héroe que en cien combates bravamente has luchado
Héroes de carnaval, hijos mimados
Héroes gloriosos, pues el cielo
¡Héroes sin redención y sin historia
—Herrero, ¿qué fabricas con fuerte y ruda mano?
Hervor de calles; desembocadura
HESPERIA [José Antonio Ramos Sucre]
HESPERIA [José María Eguren]
Héteme al linde del otoño, logrado
Hexaedros de madera y de vidrio
Hiere el puerco montés cerdoso y fiero
Hiéreme ¡Oh noche! y abre tus colmenas
HIERRO [José Martí]
HIERRO [Pedro García Cabrera]
Hierro de amargo filo en dócil vaina
Hierro negro que duerme, fierro negro que gime
Hierve el agua feliz de sal y roce
Hierven bajo las túnicas de la ira
Hierven y brotan en el alma mía
Hija de la beldad, ninfa divina
Hija querida de la dulce aurora
Hijo, crees que un ángel insurgente
Hijo de alto aguacero estupendo
Hijo del mar, espíritu querido!
Hijo mío, me duelen las herencias
Hijo mío, no te engañes; seme exento
«Hijo, partamos: indignado el Inca
Hijos del numen, inspirados vates
¡Hijos queridos! En la paz bendita
HILANDO ("La hilandera de espaldas", del cuadro de Velázquez)
Hilito de agua turbia de la fuente
Hilo o más bien rayo de sombra
Hímnico padre: los que nacemos y morimos
HIMNO A LA SOCIEDAD FILOIÁTRICA
HIMNO A LOS SANTOS NIÑOS ACISCLO Y VICTORIA
HIMNO A LOS VOLUNTARIOS DE LA REPÚBLICA
HIMNO AL NACIMIENTO DE LA PRINCESA DE ASTURIAS, CANTADO POR LA SECCIÓN LÍRICA DEL LICEO DE BADAJOZ
HIMNO AL SOL, ESCRITO EN EL OCÉANO
Himno de la victoria (en ciertas circunstancias)
HIMNO EN LA CORDILLERA DE LA COSTA
Himno, plegaria, reto, clamor, voto sagrado
Himnos de sol y paz. La tarde airea
HIPÉRBOLE A LOS PIES DE SU DAMA; QUE ESTE POETA DEBIÓ DE NACER EN SÁBADO
Hipócrita, perjuro, despiadado
Hitos vagarosos enamoran, desde el minuto montuoso
Hizo astillas el yugo, y la coyunda
HOGUERAS pálidas revolviéndose al borde de las noches
Hoja al aire, indefensa, detenida
Hoja tras hoja de papel consumo
Hojas de inciertos chopos el nevado
HOJAS SECAS [Manuel Acuña]
HOJAS SECAS [Antonio Plazas]
HOJAS SECAS [Manuel Gutiérrez Nájera]
HOJAS SECAS [Óscar Hahn]
Hojeaba a Hartmann. La mirada triste
HOJILLAS NUEVAS (A ISOLDITA ESPLÁ)
¡Hola! ¿conque desdeña la que un día
Holgué, Señor, con vuestra carta tanto
HOMBRE [Blas de Otero]
HOMBRE [Bartolomé Leonardo de Argensola]
HOMBRE [Jorge Debravo]
HOMBRE [Dámado Alonso]
Hombre del agro y del costal austero
Hombre, descansa. De tu hogar ahuyento
Hombre es amor. Hombre es un haz, un centro
Hombre funesto de claves nocturnas y cuerpo desnudo
Hombre mortal mis padres me engendraron
Hombre pequeñito, hombre pequeñito
HOMBRE QUE MIRA A UNA MUCHACHA
¡Hombre sencillo que tu pan coccionas
Hombre sin patria es bípedo implume
Hombres de Emilia y los del agro
Hombres, hacia la tierra humildemente
hombros hermosos brazos hermosos tripa tan linda pie chiquito
HOMENAJE [Amado Nervo]
HOMENAJE [Mario Benedetti]
HOMENAJE [Luis García Moreno]
HOMENAJE [José Emilio Pacheco]
HOMENAJE A JULIO HERRERA Y REISSIG
HOMENAJE A SAN JUAN DE LA CRUZ (Vía purgativa, iluminativa y unitiva)
HOMENAJE A SANTA TERESA (Éxtasis de alta contemplación)
HOMENAJE EN EL ÁLBUM DE LA SEÑORITA DOLORES RUBALCABA
HOMERO [Guillermo Valencia]
HOMERO [Leopoldo Díaz]
Homero: Han pasado dos mil años
Honda, de ti, me inundo el corazón de voces
Honda, inmóvil, letárgica laguna
Hondo es el aire que nos contiene
Hondos lirios de sombra penitente
Honesta Venus, azucena hermosa
HONESTIDAD Y COMETIDO DEL ARQUITECTO ANTONIO MIRÓ
“hop hop alba amo” decía a caballo de Alabama bright morgan
Hora de bendición, hora de calma
Hora de soledad y de melancolía
Hora podrás vencer, fiero recelo
Horas alegres que pasáis volando
Horas de pesadumbre y de tristeza
HORIZONTE [Antonio Machado]
HORIZONTE [Manuel Altolaguirre]
Horizonte de guerra cuyas luces
Hornillos eléctricos brocados bombillas
Horrenda está la noche; como el caos
HOSPITAL-ASILO ANCIANOS POBRES
HOSTERÍA DE LA ROSA Y EL CLAVEL [fragmento]
Hostia blanca del trigo de los surcos
Hoy [Jesús Hilario Tundidor]
Hoy [Efraín Huerta]
HOY [Manuel Altolaguirre]
HOY [Ángel González]
Hoy a España le han dado una paliza
Hoy a tu brazo infiel, Hebreo esquivo
Hoy amanecí con los puños cerrados
Hoy comienzo a escribir como quien llora
Hoy como ayer, mañana como hoy
Hoy, como nunca, me enamoras y me entristeces
hoy compré una escopeta para mi hijo
Hoy, cuando abrí los ojos, después de mi aventura
Hoy cuando se me mueren los amigos
Hoy desde el gran camino, bajo el sol claro y fuerte
Hoy el hogar no tiene la habitual alegra
Hoy el nefando autor del color bayo
Hoy el sol tamizan los glasés azules
Hoy en tu calabozo de bolsillo que piensa
Hoy, en una mano burda instintiva
Hoy es domingo. En el vecino pueblo
Hoy es hoy con el peso de todo el tiempo ido
Hoy es la muerte de una mariposa
Hoy es un día horrible. Ya es valiente
Hoy ese rostro tiene, en ese otro cuerpo, de hoy, donde le ves, los ojos
Hoy está el pueblo en mi cuerpo
Hoy, este día fue una copa plena
Hoy estoy triste, amor. Hoy tengo el alma
Hoy estuvo paciente y apacible
Hoy, Fabio, te casaste con Lisena
Hoy ha tosido mucho. Van dos noches
Hoy hace un año, Junio, que nos viste
Hoy hace un año, justamente un año
Hoy hace un año que, al morir el día
Hoy he dado mi firma para la Paz
¡Hoy he encontrado a un hombre caminando!
Hoy he pasado por un camino triste
Hoy he recobrado todas mis fuerzas, me he preparado
Hoy he visto un seto cubierto de rosas
Hoy hemos recibido la visita del mal
Hoy hurgo en las entrañas de mi memoria para cantarte
Hoy la luna persiste y se viste
Hoy la tierra y los cielos me sonríen
Hoy llueve todo el día y el termómetro
Hoy lo mismo que ayer… Tal vez mañana
Hoy me acerco a vosotros con tristeza
Hoy me detuve a contemplar este curioso espectáculo
HOY ME GUSTA LA VIDA MUCHO MENOS...
Hoy me he dado a pensar en el dolor lejano
Hoy me he tendido junto a una joven pura
Hoy mi vida no tiene peso alguno
Hoy no ha venido nadie a preguntar
Hoy no lució la estrella de tus ojos
«¡Hoy no! ¡no aguanto freno ni jinete!
Hoy no pudimos más, y envueltos
Hoy, Noroña, el sangriento Rey de fieras
Hoy, por fin, descubro que tengo buena suerte
Hoy, por piedad de su Hacedor, le ofrecen
Hoy princesa inocente el bravo Marte
Hoy puedo estar conmigo. He deseado
Hoy que al ocaso, de vapor cubierta
Hoy que amontona fiestas y alegrías
Hoy que danza en mi cuerpo la pasión de Paolo
¡Hoy que el mundo —la patria del poeta—
Hoy, que es el cumpleaños de mi hermana, no tengo
Hoy que has vuelto, los dos hemos callado
Hoy que la indiferencia del siglo me desola
Hoy que las cumbres de las almas dora
Hoy recibí tu carta. La he leído
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa
Hoy se celebra la triunfal entrada
Hoy se murió un niño de seis semanas
Hoy sé que los quebrados son olivos
Hoy te censuran con brutal crudeza
Hoy te contemplo en el piano, señora mía, Fuensanta
Hoy te quiero cantar, y es porque quiero
Hoy te quiero declarar mi amor
Hoy todas las palabras me vinieron a ver
Hoy todo es triste, las campanas tienen
Hoy todo me conduce a su contrario
Hoy tu negra y ventuda pipa de navegante
Hoy vengo a ti a buscar la dula de alegría
HOY VIVES DEL AYER (A Pedro Vélez Racero)
Hoy vives del ayer, hilos de plata
Hubiera entregado el Dios que no poseo
Hubo un día en que el día no engañaba
¿Hubo un día jamás, un solo día
Hubo un día tan rico el año pasado...!
Hubo un rico en Madrid (y aun dicen que era
Hubo un tiempo en que mis únicas pasiones eran la pobreza y la lluvia
Hubo una edad (siglos atrás, nadie lo recuerda)
Hubo ya un tiempo en que la Musa mía
Huele la sombra a sexo que reclama
Huelga de barrenderos. La basura
huesos que fuego a tanto amor han dado
HUÉSPED MAYOR EN TRES INICIACIONES. INICIO PRIMERO
Huésped, no yace aquí, falta severo
Huéspeda en la risueña Andaluca
Huevos, azúcar, grasa, leche, harina
Huevos de pato a veces la gallina
Huía ansiosamente, con pies doloridos, por el descampado
Huid, contentos, de mí triste pecho
Huir procuro el encarecimiento
Humanidad, los odios y venganzas
¡Humanidad misérrima! ¿Hasta cuándo
Humano sí, encarnadamente humano
Humean en la vieja cocina hospitalaria
Húmeda en los sitios más secretos
Húmedo está, bajo el laurel, el banco
HUMILDAD [Francisco Villaespesa]
HUMILDAD [Germán Pardo García]
Humildemente vengo a mis orillas
HUMO [Jos Asuncin Silva]
HUMO [Alejandra Pizarnik]
Húndete en la ceniza, perra de hielo
Hundí la yerta faz en mi pañuelo
Hundida hasta las cejas la corrosca
Hundido en las arenas de lo inexplicable
Hundiré mis manos aquí, en este mar que no existe
Huracán, huracán, venir te siento
Hurgue un huésped muy inquieto
¡Hurra, cosacos de sotana! ¡Hurra!
¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
¡Hurra! venid, abortos de Loyola
Hurtas mi vulto y cuanto más le debe
Huye de la ciudad que no se queda en las uñas
Huye del Sol, el Sol, y se deshace
Huye del triste amor, amor pacato
¡Huye la sombra! El pálido horizonte
Huye por minas de cristal y grana
Huye sin percibirse lento el día
¡Huyen los años como raudas naves!
Huyendo baja el monte aquella fiera
Huyendo del espectáculo de su felicidad bochornosa
Huyes de mí; pero colgado al muro
Huyes de mí; pero colgado al muro
Huyó, bajo sus velos soñadores