SÁTIRA
Hojeando la vetusta antología
de los griegos un día,
anónima encontré sátira hermosa,
que una punzante abeja parecía
embebida en las mieles de una rosa...
El tormento mayor del enemigo
es el llevar consigo
la envidia matadora del reposo:
la envidia es a la vez culpa y castigo;
¡porque le seca el alma al envidioso!
Anónimo dolor de un alma herida,
que se venga, escondida
en incisiva sátira, del hombre
que con sórdido afán turbó su vida,
¡anónimo ya no es: suyo es mi nombre!
Dantesco explorador que se aventura
por entre selva obscura,
graba su nombre sobre el tronco amigo,
cabe el cual en la noche de amargura
encontró lecho y protector abrigo...
Mío es ese dolor; mía esa estrofa,
en que la insana mofa,
halla un freno seguro a su desvío;
mío ese santo verbo que apostrofa
al lenguaraz... ¡Ese dolor es mío!
Retorcida en sus ansias de ventura,
tal es la envidia, impura
sierpe que se revuelca en su veneno...
Loada sea la inmortal Natura,
que hasta en el propio mal puso algo bueno!
José Santos Chocano