ONOMÁSTICO
Aunque Paris no soy, por más que vivo
tras un hato de ovejas, ya que adoro
tu hermosura de Venus, pensativo
busco un regalo para ti y altivo
mandote un cesto de manzanas de oro.
Altivo, sí, me siento en mi ventura;
porque son mis manzanas de aquel huerto
de que saliera el premio a la hermosura,
que Venus alcanzó: Venus no ha muerto,
desde que triunfas sobre tantas bellas;
pero yo no te ofrezco en mi locura
una manzana, sino un cesto dellas!
Acepta, tú, mis fervorosas preces,
ya que, en el culto del regalo mío,
te he proclamado Venus tantas veces
cuantas son las manzanas que te envío!
Es un pretexto mi regalo en suma
para poderte regalar de paso
el alma entre ios versos de mi pluma,
que apenas corre en el papel, acaso
porque la idea de tu amor la abruma;
y ya que su manzana te daría
Venus también, disipa tus enojos
Y acaba de leer la carta mía,
¡Si no la quema el fuego de tus ojos!...
José Santos Chocano