EL ESTÍO
Hermosa fuente que al vecino río
Sonora envías tu cristal undoso,
Y tú, blanda cual sueño venturoso,
Yerba empapada en matinal rocío:
Augusta soledad del bosque umbrío
Que da y protege el álamo frondoso,
Amparad de verano riguroso
Al inocente y fiel rebaño mío.
Que ya el suelo feraz de la campiña
Selló Julio con planta abrasadora
Y su verdura a marchitar empieza;
Y alegre ve la pampanosa viña
En sus yemas la savia bienhechora
Nuncio feliz de la otoñal riqueza.
José Joaquín de Mora