Qué abatida estará, Señor, mi vida
¿Qué acecho de dolor el alma vino
¿Que adónde voy con esas caras tristes
¿Qué aguardas, noble Iberia, que no acudes
¡Qué alegre estoy, oh blonda, esta mañana!
Qué alegre y fresca la mañanita!
Qué alteración es ésta, Amor, que siento?
¿Qué aprovecha, señor, andar buscando
¡Qué ardor hierve en mis venas!
¿Qué armonía de arrullos y quejas
¡Qué bien bailan las serranas!
"QUÉ BIEN LO HEMOS PASADO CARIÑO MÍO"
¡Qué bien me parecéis, jarcias y entenas
Qué bien que te baila el viento
Qué bien que ya no cantas qué bien que ya no hablas
Qué bien sé lo que quiero: sólo un trozo —con rocas
¡Qué bien se vive así! Pasan los días
¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre
¡Qué blanco está el cementerio
¿Qué brilla en tu mirar que el alma enciende
¿Qué busco, ciego yo, con tan mortales
Que cada palabra lleve lo que dice
Que callada está la noche: los árboles qué dormidos
¿Qué cantará la musa enloquecida
¡Qué caricia larga de acción me sube por las venas
¿Qué ceguedaz me trujo a tantos daños?
QUE CELEBRA A UN GRADUADO DE DOCTOR
¡Qué ciencia tan rebelde, hermano mío
¡Qué clara la mañana! ¡qué fresco y delicioso
¡Qué clara luz en la mañana dura!
¿Que como crin hirsuta de espantado
QUE CONSUELA A UN CELOSO EPILOGANDO LA SERIE DE LOS AMORES
QUE CONTIENE UNA FANTASÍA CONTENTA CON AMOR DECENTE
Qué cosa irrita a los volcanes
¿Qué cosa más blanca que cándido lirio?
¡Qué crepúsculo aquél! Vago cambiante
QUE DA MEDIO PARA AMAR SIN MUCHA PENA
QUE DAN ENCARECIDA SATISFACCIÓN A UNOS CELOS
¡Qué! ¡De las ondas el hervor insano
Qué decir sobre los crepúsculos ahogados de Barcelona. ¿Recordáis
¿Qué del paisaje de marfil me queda
Qué demencia, con soplo arrebatado
¿Qué demencia o qué racha de pecado
QUE DESENGAÑOS SON LA VERDADERA RIQUEZA
¡Qué difícil decirlo! Todos estáis cansados
Qué distancia en metros redondos
Qué distinto el amor es junto al mar
¡Qué dulce es una cama regalada!
¡Qué dulce intimidad es esa tuya
¡Qué dulce la sonrisa de su boca!
Qué dulce, si lloviera de repente
QUE EL AMOR NO ADMITE CUERDAS REFLEXIONES (A la manera de Santa Fe)
Que el hombre no sea indigno del Ángel
Que el poderoso Amor sin vista acierte
Que el verso sea como una llave
¿Que en dónde está Galicia? En la cautela
¿Qué encanto tiene esa lejana estrella
¡Qué enferma y dolorida lontananza!
¿Qué engaños, Celia, qué locuras mueve
¿Qué era, decidme, la nación que un día
—«¿Qué es, caballeritos, lo que os muestro?»
«¿Qué es cosa y cosa, Constanza?»
Qué es el canto de los pájaros, Adán
¿Qué es el hombre para que de él tengáis memoria?
Qué es el río sino esa agua sucia deslizándose
Qué es esa claridad que de repente
¿Qué es eso? Ahora sale el sol
—¿Qué es eso que tienes, Gato Garabato?
qué es este cuerpo mío/interminable
¿Qué es esto, Alcino? ¿Cómo tu cordura
¿Qué es esto, amante corazón rendido?
¿Qué es esto, Amor? ¿Acaso soñolientas
¿Qué es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen
que es frío es verde que también se mueve
¿Qué es la luna menguante? La herradura
¿Qué es la muerte? ¡Ay de mí! ¡Vínculos rotos
¿Qué es lo que esperan? ¿No me llaman?
—¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas
QUE ESCRIBIÓ LA MADRE JUANA A SU MAESTRO
QUE ESCRIBIÓ UN CURIOSO A LA MADRE JUANA PARA QUE LE RESPONDIESE
¿Qué escucho? Sordamente clamorea
Qué esperanza considerar, qué presagio puro
Qué espléndida laguna es el silencio
¡Qué espléndido estaba el día!
Que esta noche me duerma bajo un manto de olvido
Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí
¿Qué estará haciendo Mario en México?
Que estás en la tierra, Padre nuestro
Que este celeste pan del firmamento
Que este verso, que has pedido
¿Qué exaltaré en la tierra que no sea algo tuyo?
QUE EXPLICA LA MÁS SUBLIME CALIDAD DE AMOR
QUE EXPLICAN UN INGENIOSO SENTIR DE AUSENTE, Y DESDEÑADO
QUE EXPRESAN EL SENTIMIENTO QUE PADECE UNA MUJER AMANTE, DE SU MARIDO MUERTO
QUE EXPRESAN SENTIMIENTOS DE AUSENTE
Qué extraño es de repente todo esto
Qué extraño es sentir el sonido de la lluvia
¡Qué extraño es verme aquí sentado
¡Qué extraño poder transformador el de la noche sobre mis sentidos!
Qué fácil sería para esta mosca
¡Qué feo, qué triste, qué oscuro el cielo
¿Qué firme arquitectura se levanta
¿Qué flauta sin flautista canta al día
¡Qué fragor el del sol contra los árboles!
Qué fresca es la sombra del plátano
¿Qué fue de las amantes que redomas
¿Qué fue de tanto amor? Un cuaderno
¿Qué fue lo de vivir con tal empeño
¿Qué fuego de tiniebla, qué círculo de trueno
¿Qué fueron las carnes gloriosas de Frine?
¿Qué fuiste? ¡Si tú mismo no sabes lo que fuiste!
¡Qué gracia! En la Hesperia triste
Qué gusto estar aquí, en este suelo donde la materia
¿Qué ha menester de tiempo y de cultivo
¿Qué hace ese pobre ciego al margen del camino?
Qué hace la negra esclava, canta o llora?
¿Qué haces en esta ciudad donde eres pobre y desconocido?
¿Qué has hecho, dime, horrible mar
¿Qué has vertido en mi alma? No es tristeza
¿Qué hay en Madrid..., que no hay nada?
¿Qué hay más débil que un dios? Gime hambriento y husmea
¿Qué hemos de hacer nosotros los negros
¡Qué hermosa en tu vigor, hembra carnuda!
Qué hermosa eres, libertad. No hay nada
¡Qué hermosa es la ciudad, oh Contemplado
¡Qué hermosa muestra eres, cielo azul del día
¡Qué hermosas las mujeres de mis noches!
Qué hermoso es Dios, qué hermosa su cabeza!
Qué hermoso este primer día del invierno
qué hicieron de aquel día lleno de tigres suaves
¿Qué hiciste de tus ígneos anatemas?
Qué hicisteis vosotros, gidistas
Qué honda devastación. Qué limpio el viento
¡Qué hondo llegas hoy a lo que espero
¿Qué imagen de la muerte rigurosa
¡QUÉ IMPORTA! [Amado Nervo]
¡QUÉ IMPORTA! [José Santos Chocano]
¿Qué importa al Mongibelo estar nevado
¿Qué importa, di, que fuera pasajero
¿Qué importa que la oveja acongojada
¡Qué importa que no sepas cómo te sigo amando
¡Qué instante, oh Dios, qué instante! Espléndido cometa
¿Qué instinto misterioso al hombre inclina
Que la guerra es la más tremenda plaga
¿Qué?... La Noche. La ronda de los aparecidos
¿Qué la sostiene, entreabierta
QUE LA VIDA ES SIEMPRE BREVE Y FUGITIVA. CONCLUYE EL DISCURSO CON UNA SENTENCIA ESTOICA
Que la vida no vaya más allá de tus brazos
¿Qué labio hay que no mienta? —me decía
¿Que las poleas ya no se contentan con devorar millares y millares de dedos meñiques?
¿Qué lección insinúas en las rocas
Qué lenta libertad vas conquistando
Qué les queda por probar a los jóvenes en este mundo de paciencia y asco
Qué limpia exactitud la de esta niebla
¡Qué linda te hizo Dios, Matilde mía!
¿Qué linfa esbelta, de los altos hielos
¡Que llegue a tanto ya la maldad mía!
¿Qué loco sembrador anda en la noche
Que los años por ti vuelen tan leves
Que los hombres no manchen los ríos
Que los recite en público quien pueda
Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista
¿Que más no llore? ¡Suerte maldita!
¿Qué más quieres de mí? ¿Qué otras cosas mejores?
¡Que matrimonio para mi aldea!
¿Qué me da, que me azoto con la línea
Que me matan; favor: así clamaba
¿Qué me queda por dar, dada mi vida?
¿Qué me resta, infeliz! si acongojado
Que me traspasen dardos: no habré de defenderme
Que me tuviste amor has confesado
¿Qué mérito tiene donar los ojos
Que mi dedito lo cogió una almeja
¡Qué milagrosa es la Naturaleza!
¡Qué miserables manos enemigas
¿Qué misteriosas voces me despiertan y me arrullan?
Qué mucho que en tus lámparas, oh Vesta
QUE MUESTRAN DECOROSO ESFUERZO DE LA RAZÓN CONTRA LA VIL TIRANÍA DE UN AMOR VIOLENTO
Que no busquen la sombra del desierto
Qué no daría yo por la memoria
¿Que no hay alma? ¡Insensatos!
¡Que no hay más Dios que Dios, y su profeta
Que no me quiera Fabio al verse amado
Que no, papi, que no es cierto
Que no te busquen en la hoja verde
¡Qué noche tan hermosa y tan divina!
Qué nos buscas, oh mar, con tus volúmenes
¿Qué o quién me guiaba? No buscaba a nadie, buscaba todo y a todos
Qué oculta esta palabra o reverencia
¡Qué oigo! ¡Qué ya no me amas! dime que estoy soñando
¿Qué otra cosa es verdad sino pobreza
Que otras veces amé negar no puedo
Que otros se jacten de las páginas que han escrito
¿Qué pasa con el pueblo Palestino?
Que pase en paz por el tropel injusto
¿Qué pasión, Porcia, qué dolor tan ciego
¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
¡Qué pequeño es mi sueño, qué delgado
Qué pérdida, qué mal, qué sentimiento
¡Qué perezosos pies, qué entretenidos
¿Qué podré yo decir en tu alabanza
Que por al non devess' om' a Santa Maria servir
Que por al non devess' om' a Santa Maria servir
¿Que por qué así? No es muy dulce
QUE PUEDO MORIR UNA MUERTE DE LUJOS
Qué pura eres de sol o de noche caída
¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla
Qué queda de la noche, vida mía
¿Qué quiere el viento de encono
¡Qué radiosa es tu faz blanca y tranquila
¡Qué rápidas tus manos por la arena
¡Qué raro sueño fue! La virgen pura
QUE RESPONDIÓ LA MADRE JUANA EN LOS MISMOS CONSONANTES
¡Qué risueño contacto el de tus ojos
Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman
¿Qué sabemos de la muerte? ¿Qué de la vida?
¿QUÉ SABES DE LA NOCHE, CENTINELA?
¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios
¿Qué se hace a la hora de morir? ¿Se vuelve la cara a la pared?
¿Qué se hicieron las auras deliciosas
¿Qué se negó de la falaz Armida
¡Que se nos va la Pascua, mozas
Qué se siente, dime qué se siente
Qué señor de las noches, qué guerreros, qué ausentes
¿Qué seré para ti, ante tus ojos?
¿QUÉ SERÍA DE DIOS SIN NOSOTROS?
¿Qué si he sufrido? ¡Y tú me lo preguntas!
¿Qué si me duele? Un poco; te confieso
¿Qué sientes, dime, corazón proscrito?
¿Qué signo haces, oh Cisne, con tu encorvado cuello
Qué silencio tan grande el de este campo
¡Qué situación la tuya!... ¡Qué situación la mía!
Qué sola estás en la candente orilla
¡Qué sola, tierra, sin nosotros!
¿Qué son confuso, qué rumor tremendo
¡Qué son diez años para la vida de una estrella!
¿Qué son los celos? El mayor tormento
¿Qué sonríe en la sombra sin muros que ensordece
Que sopló el viento y se llevó las nubes
¡Qué sorpresa tu cuerpo, qué inefable vehemencia!
¿Qué soy? tal vez el hijo de un acaso
¡Qué suavidad, qué suavidad de raso
¡Que suba el humo azul de mi incensario
¡Qué tarde, oh Fili, tu rigor se admira
¡Qué tarde regresas! ¿Serán las benditas
Que te acaricie yo, tus pechos, ave
Qué te acongoja mientras que sube
Que te amé, sin rival, tú lo supiste
¿Qué te dice mi voz a la primera
Qué te importa, si el galo belicoso
¡Qué triste llanto hiere mis oídos!
¡Que tenga yo, Señor, atrevimiento
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras? [Lope de Vega]
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras? [Jorge Guillé:n]
¿Qué torcaza de seda se levanta
¿Qué trajimos de allá? ¡Lascas lunares!
¿Qué tren nos ha traído? ¿En qué lugar estamos?
¡Qué triste noche!... Las lejanas cumbres
¡Qué tristes son las horas! Cual rebaño
¡Qué tristeza más grande, qué tristeza infinita
¿Qué tristeza profunda, qué vacío
Que tus ojos radien sobre mi destino
QUE USTED BIEN SABE (CARTA AL SEÑOR DIOS. CIELO)
¿Qué va a quedar de mí cuando me muera
Qué valdría sin pisadas humanas
Qué valen las delicias de la tierra
¿Qué veo en esta mesa: tigres, Borges, tijeras, mariposas
Que vos me permitáis sólo pretendo
Qué voz entre los pájaros de esta noche de ensueño
¿Qué voz suave, qué sonoro acento
¡Que vuestro himno soberbio vibre
Que vuestros vivos astros, desde el cielo sereno
Que ya es tarde. Y más bien estamos muertos
Que ya tu juventud está marchita
Quebranta ya, fortuna, las prisiones
Quedé solo con mi hijo cuando la plaga mortífera hubo devastado la capital del reino venido a menos
Quedeme a calentar la tinta en que me ahogo
Quedó abrazada al muro, amante, la glicina
Quedó en mis manos un jirón de encaje
Quedo, muy quedo penetré a tu alcoba
Quejas que envía desde frágil nido
QUEJARSE EN LAS PENAS DE AMOR DEBE SER PERMITIDO Y NO PROFANA EL SECRETO
QUÉJASE DE LA SUERTE: INSINÚA SU AVERSIÓN A LOS VICIOS, Y JUSTIFICA SU DIVERTIMIENTO A LAS MUSAS
Quejosas, Dorotea, están las flores
Quejoso, lastimero, en la lívida
Quem por serviço da Virgen mete seu corp' en ventura
Quema a solas —¡a solas!— el incienso
Quema la tarde y desollando casas
Quema mi cuerpo cuando el beso frío
Querría yo, por un feliz encanto
Quen a omagen da Virgen e de seu Fillo onrrar
Quen a Deus e a ssa Madre escarn[n]o fazer quiser
Quen aa Virgen santa mui ben servir quiser
Quen aos servos da Virgen de mal se traballa
Quen ben fiar na Virgen de todo coraçon
Quen ben serv' a Madre do que quis mor[r]er
Quen entender quiser, entendedor
Quen fiar na Madre do Salvador
Quen Jesu-Crist' e ssa Madre veer
Quen mui ben quiser o que ama guardar
Quen muit' onrrar o nome da Sennor conprida
Quen na Virgen groriosa esperança mui grand' á
Quen na Virgen santa muito fiará
Quen os peccadores guia e aduz a salvaçon
Quen ouver na Groriosa fiança con fe conplida
Quen polo amor de Santa Maria do seu fezer
Quen quer mui ben pod' a Virgen groriosa
Quen quer que na Virgen fia e a roga de femença
Quen Santa Maria quiser deffender
Quen serve Santa Maria, a Sennor mui verdadeira
Quen servir a Madre do gran Rey
Quen souber Santa Maria ben de coraçon amar
Quen souber Santa Maria loar, será de bon sen
Quen usar na de Deus Madre falar e amiga
Quenas coitas deste mundo ben quiser soffrer
Quenas sas figuras da Virgen partir
Quererte como nadie se imagina
Quererte con el iris, con el trueno
Querida amiga: Llueve. Nuestro buen cielo llora
querido amor que partís como un pájaro
Querido manso mío, que venistes
Querido Vinyoli, en esta tarde
Queriendo coronar lo más hermoso
Queriendo mitigar mis padeceres
Querría, Dios, querer lo que no quiero
Querría saber, amantes, cómo es hecha
¿Quién ata las pasadas sensaciones
¿Quién canta en las orillas del papel?
Quién clama las once no son doce!
Quien conozca los vientos, quien de la lejanía
Quien de tantos burdeles ha escapado
¿Quién dejará, del verde prado umbroso
¿Quién del volcán conoce la tortura?
Quién devoró frente a mis ojos
Quien dice que la ausencia causa olvido
¿Quién dice que los hombres nos parecen
¿Quién dijo acaso que la mar suspira
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed
¿Quién dijo que se agotan la curva el oro el deseo
Quién dora las estancias con los cirios de noche
¿Quién en la miseria y el amor concilia?
¿Quién eres [Rafael Cadenas]
¿quién eres? [José Selgas y Carrasco]
¿Quién eres, di, sombra errante
¿Quién eres, dime? ¿Amarga sombra
¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente
¿Quién es, Gaspar ilustre, el que fallece
¿Quién es? —No sé: a veces cruza
Quién esconde palabras, quién escatima honra
¡Quién fuera como él! Su edad primera
¿Quién habitó esta ausencia? ¿Qué suspiro
¿Quién habla del amor? Yo tengo frío
¿Quién habló de que un día hubiera de perderte?
Quién hace tanta bulla, y ni deja
Quién hubiera creído que se hallaba
Quién iba a prever que el amor
¿Quién interpreta el alma de una esquina
¿Quién jamás en tan luengo y espacioso
¿Quién la eterna verdad ha poseído?
Quien libre está, no viva descuidado
¿Quién más pueril que este gato pueril
Quién me diera tomar tus manos blancas
¿Quién me diría dos meses ha que me había de ver en este oficio?
¿Quién me engaña en la noche, y aúlla
Quién me iba a decir que el destino era esto
¿Quién me llama, quién me enciende los ojos de leopardos
¿Quién no le rinde culto a tu hermosura
Quien no quiso caer en la mentira
¿Quién no teme la llama que es oscura?
¿Quién no tiene su vestido azul?
Quién nos hubiera dicho que en domingo
Quién nos hubiera dicho que todo acabaría
Quién nos llora?... un dulcísimo lamento
¿Quién para ir al través del Oceano
¿Quién podrá sin un ay del alma enviado
Quien pone su mano sobre el agua
Quién pudiera dormirse, como se duerme un niño
¡Quién pudiera pagar! Si es tan sagrada
¿Quién puede soportar cuatro velas
¿Quién puso el pie sobre la garganta difunta?
¿QUIÉN QUE ES NO AMA A VIRGINIA WOOLF?
¿Quién que lanza una flecha no va en ella?
¿Quién, que regale visto y no comido
¿Quién recuerda al marrano octogenario en su silla de mano
¿Quién regará mis huesos con su llanto?
Quien sabe se va a ti. No le ocultes
Quién sois, Señora, que dejáis vuestra casa sobre la cuesta
Quién sostuvo en la siniestra el corazón negro de la muerte
Quien supiere, señores, de un pasante
Quien tanto de su propio mal se agrada
Quién tanto duerme y se pasea tanto
Quien te dice que ausencia causa olvido
¿Quién te dio tantas estrellas
¿Quién te ha dado tu hacienda o tu dinero?
¿Quién te verá, ciudad de manzanilla
Quien tiene tan honrado pensamiento
¿Quién toca el arpa de la lluvia?
Quién trabaja más en la tierra
Quién tuviera tal fortuna sobre las aguas del mar
¿Quién ve a la entrada de la ciudad
¡Quién volviese a tener, para que nos cubriera
¿Quién yace aquí, debajo de estas losas?
Quién yace muerto aquí?» «Pero Mexía»
Quiénes se amaron como nosotros? Busquemos
¿Quiénes son, dónde están los que han querido
¿Quiénes son estos tipos de apellidos sonoros?
¿Quiénes son los extraños que nos contemplan
Quiera el primer autor que se eternice
Quiere casarse el joven indio con cierta rústica beldad
Quiere el Amor Feliz —el que se posa
Quiere y no quiere su color mi pecho
Quieren, oh mi dolor, que a tu hermosura
¿Quieres, mi dulce Cintia, quieres, mi buena amiga
¿Quieres que de ese néctar delicioso
¿Quieres que hablemos? Está bien empieza:
¿Quieres saber por qué, sin aparente
Quiero a los pies de las blancas, helénicas Diosas de mármol
Quiero a solas errar por las quiebras y los llanos
Quiero abreviarvos, señores, la mi predicación
Quiero aclarar mi voz y encabronarme
Quiero acordarme de una ciudad deshecha junto a sus dos ríos sedientos
Quiero, bajo una bóveda de frondas
Quiero cantar, porque mi canto esperas
QUIERO CONFESAR AQUÍ MI DESORDENADO AMOR POR LA CONDESA KRYSTINA KRASINSKA
Quiero dar un vecino a la Sibila
Quiero decir: allí está Giorgio Fox
Quiero decir que ya estaba Martí
Quiero, dejando hipótesis a un lado
Quiero el poeta ser de almas heridas
Quiero escribir, mas yo no pienso nada
Quiero escribir —mi insuficiencia toco
Quiero escribir, pero me sale espuma
Quiero escribir voces. Que estamos
Quiero escribir, y el llanto no me deja
Quiero expresar mi angustia en versos que abolida
Quiero gozar, en horas de sosiego
QUIERO HACER CONTIGO TODO LO QUE LA POESÍA AÚN NO HA ESCRITO
Quiero, mi amado Lista, antes que muera
Quiero morir cuando decline el día
Quiero nombrar tu cuerpo, tu oscuridad, tu lumbre
¡Quiero otra vez, con exaltado acento
Quiero pulsar la lira temerario
Quiero que llegue, pero no deseo
Quiero que me cultives, hijo mío
Quiero que me digas; de cualquier
Quiero que mi pasión ¡oh Enarda!, sea
Quiero que sepas, aunque bien lo sabes
Quiero saber de quién es mi pasado
Quiero saltar al agua para caer al cielo
Quiero seguir a ti, flor de las flores
Quiero subir por tu escalera de oro
Quiero tu sangre joven, que es querer
Quiero una Tota, digo, a la hora del almuerzo
Quiero vivir cuando el amor muere
Quieta y firme en su fondo de dulce índice blanco
QUIETUD [Eliseo Diego]
QUIETUD [Pedro Salinas]
Quimérico a mi vera concertaba
Quinta Poesía Vertical. Número 4
Quinta Poesía Vertical. Número 7
Quinta Poesía Vertical. Número 11
Quinta Poesía Vertical. Número 16
Quinta Poesía Vertical. Número 18
Quinta Poesía Vertical. Número 21
Quinta Poesía Vertical. Número 27
Quinta Poesía Vertical. Número 33
Quinta Poesía Vertical. Número 35
Quinta Poesía Vertical. Número 38
Quinta Poesía Vertical. Número 45
Quinta Poesía Vertical. Número 51
Quinta Poesía Vertical. Número 54
Quinta Poesía Vertical. Número 55
Quinta Poesía Vertical. Número 56
Quinto y Vatinio dicen que mis versos son fríos
Quise, buscando un poco de pureza
Quise desenterrar mis lentos sueños
Quise hospedarme solo en la casa de portada plateresca
Quise más de una vez, en mala hora
Quisiera escribir cosas divertidas para ti
Quisiera esta tarde divina de octubre
Quisiera estar de acuerdo con la ley de la vida
Quisiera haber escrito más pero no pude
Quisiera hoy ser feliz de buena gana
Quisiera no saber lo que dijese
Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras
Quisiera saber, madre, de San Marcos y el león
Quisiera ser el aire que amoroso
Quisiera tener un revólver para escuchar solamente
Quisiera verte muerta, lo quisiera
Quiso el buen Carpintero terminar un estante
Quiso imponer al mundo su memoria
Quiso la fortuna de la prosa serme a
Quiso mostrarse la clemencia santa
Quitar codicia, no añadir dinero
¡Quítenme aquesta puente que me mata
Quizá el silencio dura más allá de sí mismo
Quizá fue una hecatombe de esperanzas
Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
Quizá nos quedemos fijados en un pensamiento, pensándolo para siempre
Quizá una vez en tu balcón sentada
QUIZÁS [José Ángel Buesa]
QUIZÁS [Julio Flórez]
Quizás estando sola, de noche, en tu aposento
Quizás olvidaremos, pues siempre hay que olvidar
Quizás pases con otro que te diga al oído
Quizás te diga un día que dejé de quererte