LIQUEN 18
Quiso doblar sus paños
carbón el alba
y descubrió en sus pliegues
seis velas blancas.
Seis velas blancas
que doblaron la esquina
de la mañana.
Mar adelante vienen
jugando a guirgo
y descosiendo espumas
de nuevo ritmo.
Llegan de lejos
para escupir sus anclas
dentro del puerto.
Sobre la mar risueña
vienen confiadas,
mas de pronto las quillas
se sobresaltan:
dejando la emboscada
del malecón
las sorprendió un lanzado
remolcador.
Cui. . . iii... ii.. i. ir
(dando en el blanco)
go, corta la montaña
desde un barranco.
Y luego el uso airoso
de perfil negro,
un racimo de velas
tranca en el puerto.
Pedro García Cabrera