SONETO
Que el poderoso Amor sin vista acierte
del corazón la más interna parte;
que siendo niño venza al fiero Marte,
haciendo que enredado se despierte:
Que sus llamas me hielen de tal suerte,
que un vil temor del alma no se aparte,
que vuele hasta la airea y summa parte,
y por la tierra y mar se muestre fuerte:
Que esté el que el bravo Amor hiere, o cautiva
vivo en el mal, y en la prisión contento,
proezas son que causan grande espanto.
Y el alma, que en mayores penas viva,
si piensa estas hazañas, entre tanto
no sentirá el rigor de su tormento.
Gaspar Gil Polo