REINVENTAR EL AMOR
V
Quién sostuvo en la siniestra el corazón negro de la muerte
Quién paralelo a los canales inventó la inmóvil muerte
Quién un beso para Cristóbal estampado en la aventura.
Quién el azoro la incertidumbre el viento
como volar de abejas tras el jardín de bugambilias sangrientas
que era él
Y se movía. Y qué caderas.
Y moscardones chapulines saltamontes
entre sus huellas,
como en un ajedrez de locos que delineara un gusano de seda.
Y su paciencia extinguida
Y flores ferozmente prendidas entre sus dientes:
rubor en las mejillas de cerveza;.
"alba nube el seno".
Y era él, con el agua bailándole alrededor de las tetillas,
ríos erosionados y terribles
las comisuras de sus labios
que enfilaban a la
Noche con un leve fruncimiento.
Quién sintió en cada poro los latidos del negro cotidiano corazón
de la muerte
Quién paralelo a los canales y al desierto creó la muerte ardiente
Y era él,
con las nubes hasta el cuello y llorando
y eran sus nudillos que golpeaban mis experiencias con la distancia
y el desconsuelo de.
Quién,
quién.—¿El corazón de piedra?
Y el desenfrenado volar del tordo nos cierra los ojos.
Y el corazón de piedra que canta por el camino de los inventos,
estremécenos.
Roberto Bolaño