SEPULCRO DE LA LUZ
¿Quién yace aquí, debajo de estas losas?
Ahora la sombra, pero fue locura
de amor cuando viviera; no perdura
la humana luz, ni su pasión, hermosas.
Siempre acaba el amor. Todas las cosas
su luz menguada extinguen, y en la hondura
vacía de la nada tanto dura
olor de los humanos o de rosas.
Pensáis que yo estoy vivo porque canto
con viva voz, junto al que escucha, un sueño
que pudiera ser vuestro y sólo es mío.
Bien muerto estoy, pues ni siquiera hay llanto
después de este dolor, y no soy dueño
suyo. No tiene mar mi pobre río.
Francisco Brines