TRADUCCIÓN DE LORENZO STECCHETTI
QUIZÁ UNA VEZ...
Quizá una vez en tu balcón sentada,
De las estrellas a la luz dudosa,
Lejos, entre la noche silenciosa,
Un grito oirás cual queja desolada.
Si en tu jardín vagando, dulce amada,
Sobre una fresca y encendida rosa,
Una lágrima miras temblorosa,
En tus cabellos pon la flor preciada.
Pensarás que esa gota es de rocío,
y es lágrima de oculto sufrimiento,
Es gota del raudal del llanto mío;
y aquel grito no fue rumor del viento,
Soy yo... que muero, y al morir te envío
Mi último beso y mi último lamento.
Ismael Enrique Arciniegas