¿Qué es el destino?
Es un perro que ladra.
Este perro que nos persigue como una sombra infiel,
insomne como la muerte purificadora
que borra la memoria impersonal toda.
Este sentido de la lentitud es lo mismo que el sentido del norte:
matar en el norte semeja un suicidio con lentitud profana.
Eran las doce en mis ojos
las doce en mis labios
y mis labios comían mis narices.
Leopoldo María Panero