QUIEN NO QUIERA POLVO
Quien no quiera polvo
No vaya a la era.
¡Ay, que di mi corazón
A una bella presumida,
Tan frívola, que me olvida
Por bailar un rigodón!
Esta tirana pasión
Me aflige y me desespera.
Quien no quiera polvo
No vaya a la era.
¡Piedad de mí mentecato
Que, porque rica la vi,
A una vieja me vendí
Que padecía de flato;
¡Y se murió abintestato
En la semana primera!
Quien no quiera polvo
No vaya a la era.
Anoche, ¡oh suerte fatal!
Por seguir una judía
Perdí el oro que tenía
En un garito infernal;
Y, amén de eso, hasta el portal
Rodé luego la escalera.
Quien no quiera polvo
No vaya a la era.
¡Ay, que en los brazos de Elisa,
Que ríe de mi aflicción,
Me he dejado la opinión,
La salud y la camisa!
Hoy todo el mundo me pisa:
¿Quién ayer me lo dijera?
Quien no quiera polvo
No vaya a la era.
¡Ay, que por llamar cornudo
A un ricacho, que lo es,
En la cárcel como ves
Me voy quedando desnudo!
Y gracias que no saludo
El Peñón de la Gomera.
Quien no quiera polvo
No vaya a la era.
¡Ay! Mi marido Beltrán,
Después que en celos me abrasa,
Me da los palos sin tasa
Y por adarmes el pan.
¡Maldito sea mi afán!...
Mejor me estaba soltera.
Quien no quiera polvo
No vaya a la era.
¡Ay cuán mísero he nacido!
Oigo riña, aprieto el paso;
Llego, grito, no hacen caso;
Y cuando a la paz convido
Un garrotazo perdido
Viene a abrirme la mollera.
Quien no quiera polvo
Yo vaya a la era.
Manuel Bretón de los Herreros