LIQUEN 13
Qué solita está la mar.
Hasta también se ha marchado
la cuerda del horizonte
para jugar con las trombas
en otro estadio, al diábolo.
Y las montañas fruncidas
cabalgadas por las nubes
su vivac gris levantaron.
Qué solita está la mar.
No la apuñala ni un barco.
Pedro García Cabrera