LO QUE MALDIGO YO
Querría yo, por un feliz encanto,
dejar el circo infame de la Tierra
y huir a mundos de apacibles seres
sin los rojos instintos de la fiera.
Donde palomas y aves de rapiña
en amigable comunión vivieran,
donde jamás el diente de los tigres
rasgara el corazón de las gacelas.
Cansado estoy de crímenes y sangre,
de mirar en el hombre y en la bestia,
la inmolación salvaje del vencido,
la victoria del mal y de la fuerza.
Ante el inicuo drama de la vida
mi justiciero corazón protesta;
perdono mis dolores, no perdono
la universal crucifixión eterna.
¿Por qué mis ojos para ver los males
y mis oídos para oír las quejas?
¿Por qué no soy el leño ni el peñasco,
dormidos en la paz de la inconsciencia?
¿Por qué venir a lamentar horrores
en un oscuro y trágico planeta?
¡Maldito el ciego antojo de la vida
que por morada me otorgó la Tierra!
Manuel González Prada