SONETO II
Quien de tantos burdeles ha escapado
y tantas puterías ha corrido
¡que le traiga a las manos de Cupido
al cabo y a la postre su pecado!
Más querría un incordio en cada lado
y en la parte contraria un escupido,
que verme viejo, loco, entretenido
del viento y en el aire enamorado.
Comencé este camino de temprano,
sin estar libre una hora de contienda,
mas todo lo recojo ahora en suma.
Rapaz tiñoso, ¡ten queda la mano!
que te daré de azotes con la venda
y pelarte he las alas pluma a pluma.
Diego Hurtado de Mendoza