LA SERENATA
(De Ludwig Uhland).
¿Qué dulce música, oh madre.
De mis sueños me despierta?
Ve quién tan tarde vendrá
A cantar a nuestra puerta.
Nada escucho, nada veo:
Sigue soñando, mi vida.
Ya no te dan serenatas,
Pobre enferma, hija querida.
No, no es del mundo esa música
Que me embarga de alegría.
¡Son los ángeles! ¡me llaman!
Buenas noches, madre mía.
Rafael Pombo