RETRATO DE UNAS DAMAS
Qué bien, esas señoras
inglesas desnudándose
para hacer almanaques
Cincuentonas dispuestas
a diversión y riesgo
con objetivos altos:
juntar plata. Tarea
de beneficencia que hasta
Evita aplaudiría,
sí, guiñando un ojo
y el otro, clavado
en la bailanta más
cercana recordando
esto sí que es la vida
Pero no llevarían
por delante los títulos
de diarios ni ningún
pastor bautista a darles
presto la absolución
Porque el trato señores
es obra, caridad
y no la diversión
de la negrada alegre
por quien estas señoras
que aplaudo tanto y tanto
en un pueblito inglés
se desnudaron. Ellas
dicen, se inspiraron
en aquella película
de strippers donde todos
eran desocupados
Qué bien, qué divertidos
somos cómo aprendemos
la lección. Es la cuna
del feminismo y Engels
aplaudiría igual
que yo, clap, clap el mono
aunque nunca quizás
se fundiría en esa
noche de bailanta, arde
y lo que arde quema
y no entra en almanaques,
caderas, sudor, tetas
se gastan en el aire
para nada, ninguna
capelina inglesa
las cubre, pudor, no,
un borrón, aquí no hay
teletipos ni diarios
ni pastor metodista
—perdón, no era bautista—
sutil diciendo: veo
mas que eso asomandome
a esta cerca. Acaso
se desnudaría usted
musito el periodista,
me pagan por andar
vestido, respondió
y clap, clap como aplaude
esta mona que nunca
conseguiría la gracia
plena y espera de otra
cuartetera bailanta
Trajecito inglés y
capelina pálida
Diana Bellessi