LEOPARDO INSOMNE
Quema la tarde y desollando casas
Vienen las sombras, y en el plomo abierto
Nace el olvido y en los trajes nacen
Tiempos perdidos.
Qué noche suena por tu ausencia toda.
Toda se queja y en la hierba suben
Bajo la gula de las nubes altas,
Zarpas de miedo.
¡Nunca las horas en mi frente fueron
Bocas de sed y niebla gris que tiñe
Peñas de pena, ni el metal herido
Niños vio ciegos!
Rasgo la noche. Serpenteo. Busco.
Venas y montes de leopardo insomne
Caen nevados bajo un corvo viento,
Cuervo de sombras.
Vuelve, Pequeña de la voz de acanto,
Que entre las plumas de dolor ya siento
Fresco rocío, y esta mano tiendo
Limpia de zarzas.
Juan Bañuelos