DESIERTO DE LOS LEONES
Abadías de árboles, cencerros de la luz,
Esgrima de la tarde, armadura del sol.
Que cae en un pozo verde.1
Esperamos la llegada del silencio
Y suena una hojalata de llovizna.
Una ardilla mueve el peso de las ramas,
El canto de un ave canoniza los pinos vestidos de verano,
Las viñas de la niebla rozan sus faldas de humedad,2
Un ruido de papel duerme en las veredas3
El puente es un jinete sobre el agua que corre.4
Hay acuarios de rosas, guarniciones de liamas, huellas1
De hojas adolescentes.1
Amamos esta jaula de aire adormecido,1
El cambio de los ojos por raíces.1
Escucha:1
Asciende un coro de cuchillos solemnes.1
No hay ciudad más poblada de violenta quietud
Tendida como un cable:
La carretera es una yugular golpeada por un tronco.
El bosque nos oye, nos invita, es un rey
Paseando en su bastión de soledad
(Oye sus paredes vivas cerrando nuestra sangre).
Mas en verdad,
Ni el tiempo con su cuerno de caza,
Ni el vino estioso, ni la paz,
Ni el fuego que ondula en tu cabello
Incendian estos árboles.
Sólo esa hiedra del sendero sube a mí,
me ahoga, aprieta.1
Juan Bañuelos
1 Verso omitido en otra versión.
2Otra versión de este verso: Las viñas de la niebla rozan faldas
3Otra versión de este verso: Un ruido de papel duerme en la carretera
4Otra versión de este verso: Y el puente es un jinete sobre el agua