LAMENTOS POR LA PATA COJA
(A Clenientina Pombo).
¿Qué se hizo, doña Clema,
La pata coja
Que bailaba tan lindo
Cachucha y polka?
¡Pobre pata,
Que hoy de ti ni se acuerda
Tu dueña ingrata!
De tus fieles servicios
En recompensa
Entre un cepo de tablas
Te dieron prensa:
Te trincaron
Y a punta de jalones
Te en-cojearon.
No habiendo una cristiana
Que te asemeje,
Te trataron tan duro
Que ni a un hereje.
La doctrina
La aprendiste hecha tajos
Como cecina.
Dos meses te tuvieron
Tan sufocada
Que parecías chumbipe
De colorada,
Y tu dueña
Te mostraba por burla
Fresca y risueña.
Según eras de chusca
No merecías
Sino suizos de raso
Con pedrerías,
Mas tus suizos
Fueron los dos verdugos
De tus hechizos,
Debiendo ser tus medias
De grasa y flores,
Bordadas con capricho,
De mil colores,
¡Suizo malo,
Te ató con hiladillo
Medias... de palo!
Ahora dónde halla Clema
Con sus dos pies
Quién le lleve las cuentas
«¡Una, dos,
tres!»
¿Dónde ya
Una pata aritmética
Encontrará?
Adiós, patita linda,
Pata donosa,
En materia de patas
La más preciosa.
Para tu bien
Digamos un requiescat
In pace, amén.
Rafael Pombo