QUE ME LO TRAIGAN
Cien millones de años fabricaron mi grito.1
Lo levantan
carpinteros del odio,
panaderos del alba,
arquitectos de amor,
humos de rey,
piquetas de mineros sin control
socavando los orígenes puros;
lo levantan
abogados lavándose las manos
a cada instante,
como si quisieran
ser la ola que a ratos
cambia su piel política de tigre.
Pero en mi grito hay mudos,
hay espacios como la luz
que duerme en los carbones,
en la madera de los naufragios,
en el hierro sin mañas digitales,
en el océano secreto
con monedas nadando sobre sangre,
y hasta en el protocolo endurecido
del crucifijo judicial que mira
un poco analfabeto...
Mas no puedo callarme, porque soy
el condenado hablando:
dadme un poco del pan que no es de harina,
un poco
no de silencio cotizado,
no de lo que es un crimen dando vida.
Entonces...
Manuel del Cabral
1 El primer verso es «Silencios carniceros fabricaron mi grito» en Obra poética completa y en Los anti-tiempo