DEJADME
Aquí.
Ante un luto de ojos que me tiñen el día.
Dejadme levantar las manos
como ahora
que levanto mis párpados,
y como un ciego de nacimiento,
me asombro
de ver las cosas...
pero más de ver desnudo al hombre.
Aquí.
Ante el escandaloso silencio de los jueces.
Dejadme abrir la boca
como abro los párpados,
mis párpados que despertó la noche,
no la mañana...
Por qué no me dejas las manos sueltas,
yo que quiero darlo todo.
El día se levanta
y me hallará mañana la mañana
sin ofrecerle nada.
Yo que quiero darlo todo
como quien agrupa todas las cosas
para darlas en un beso,
como el niño
que se pone de pronto a juntar siglos
viendo por la ventana las estrellas.
Dejadme hombres con toga,
hombres que estáis vestidos con sospechas de luto,
con harapos de noche protocolar,
dejadme
encender este fósforo para ver solo al hombre...
aquí donde es un crimen todavía lo eterno.
Aquí donde la noche en su gerundio
vuela en plomo animal de luz carnívora.
Manuel del Cabral