REENCUENTRO
¿Qué demencia o qué racha de pecado
me impele a ti en un vértigo? Lo ignoro.
Sólo sé que te ansío, que te adoro
y que en ti el universo he comprendido.
Tu hechizante beldad brilló a mi lado
otrora y no la vi, perdí el tesoro
de tu belleza espléndida y hoy lloro
la infausta ceguedad de mi pecado.
Mejor así porque la amarga vida
lo acibaró en su cruz y al encontrarte
te siento a mí por el dolor unida.
Hago de este dolor sangre del arte
y te amo con amor cuya medida
se extiende al tiempo que dejé de amarte.
Miguel Rasch Isla