AL SALVADOR EN LA CRUZ
CANCIÓN PARA MÚSICA
Quien dio la vida al ciego,
Quien dio la voz al mudo,
Quien vida nueva pudo
A Lázaro infundir,
Hoy pende de un madero,
Y espira escarnecido
Del pueblo fementido
Que viene a redimir.
Quebrántase la roca;
Sin luz se queda el cielo;
Retiembla, roto el velo,
El arca del Señor;
Y al ver los querubines
La cruz que los aterra,
Dirigen a la tierra
Miradas de furor.
—«La sangre que han vertido
Los clavos y la lanza,
Pidiendo está venganza:
Dejádnosla tomar.
»Descienda nuestro rayo,
Y que haga furibundo
Cenizas ese mundo
Rebelde sin cesar.»—
En tanto que al Eterno,
Inmóvil en su trono,
Acusa de abandono
La hueste de Miguel,
Bendicen el arcano
De amor ardiente lleno
Los justos en el seno
Del padre de Israel.
Que ya de su ventura
Llegó por fin el día,
Y al Hijo de María
Unidos volarán;
Dejando el Paraíso
La víctima inocente
Abierto al descendiente
Del ya feliz Adán.
* * *
Pero si hoy en patíbulo espira,
Juez vendrá severísimo luego,
Más terrible entre nubes de fuego
Que en su cima le vio Sinaí.
¡Ay entonces del que haya perdido
De la gracia el divino tesoro!—
Yo, Señor, tus piedades imploro;
Yo pequé: ¡desgraciado de mí!
Juan Eugenio Hartzenbusch