SALMO DE LAS MADERAS
Hay maderas oscuras y profundas como tus ojos y tus cabellos.
Porque tus ojos y tus cabellos son como maderas profundas y charoladas.
Hay maderas suaves y livianas como tu piel y tu alegría.
Porque tu piel y tu alegría son como maderas suaves y livianas.
Hay maderas recias y macizas como tus piernas y tus espaldas.
Porque tus piernas y tus espaldas son como maderas recias y macizas.
Hay maderas húmedas y rojas como la piel de tus labios y de tu lengua.
Porque la piel de tus labios y de tu lengua es como una madera roja y empapada
de savia.
Hay maderas olorosas y vivas como el olor de tu cuerpo.
Porque el olor de tu cuerpo es como el olor de las maderas cortadas en los
tiempos de lluvias.
Hay maderas que al ser trabajadas dan notas musicales y perfectas.
Tu amor es una nota musical y perfecta como el sonido que dan ciertas maderas
cuando son trabajadas.
Hay maderas que se quejan en las noches de lluvia y en las tardes de tormenta.
Porque eres triste, y esto te embellece y purifica, te pareces a esas maderas
que se quejan en las noches de lluvia y en las tardes de tormenta.
Hay maderas que tienen un sabor y perfume tan propios que, cuando se las huele o
se las besa, ya no son olvidadas nunca más en la vida.
Porque eres fatalmente inolvidable, te pareces a esas maderas que se recuerdan
hasta la muerte cuando se las huele o se las besa.
Jorge Debravo