HONDA AMISTAD
En la amistad de México he vivido.
Él es mi cotidiano compañero.
Yo le voy a esperar junto al vivero
con hondo aguaje y floripondio erguido.
Pregúntole por cabras de su ejido;
por su milpa rural y su sombrero;
por sus ángeles tristes y el austero
vivir de nada y el jacal florido.
Y él se sienta conmigo en los rincones
humildes a comer las cosas tiernas
que producen los áridos terrones,
y me brinda amistad en sus cisternas
de cerámica gris y en sus fogones,
que lanzan al arder sombras eternas.
Germán Pardo García