ESTACIÓN ROJA
a José Antonio Abella y a M.ª Jesús
Hacia dónde va octubre con sus ventanas rotas, con sus linfas sin orden, con sus caballos revueltos de inmediatez salvaje. Te sigue un lujo frutal de esferas, cielos desconsolados y el bramido de turbios animales que las nubes descuelgan cada tarde.
Octubre, octubre..., sabes dejar que escuezan despacio todas tus horas. Lanzas al aire moscas sin gobierno y entregas adjetivos maniatados por la melancolía. Y siempre habla por ti tu población tranquila: hojas que borran solas nuestros pasos, lluvias que soportan un dictamen y atraviesan todas las cancelas de la tristeza.
Cuando te vayas, olvida entre nosotros algunas brasas sucias que nos guarden de los abatimientos. Y empuja suavemente las lociones del otoño hacia habitaciones finales, allá donde alguien cuida de perchas frías y de paños donde lloran, muy cansados, socios amarillentos.
Tomás Sánchez Santiago