TRÍPTICO
I
LA PIEDAD DEL AGUA
Hilito de agua turbia de la fuente:
¿Que duende malo te tiznó la cara
y te alejó hacia el lodo, en tanto, clara,
sigue en el cauce la demás corriente?
¿No te apena mirar como la fuente
es cual cinta de plata entre la clara
florescencia del berro? ¿No deseara
tu alma volver de nuevo a su torrente?
Y suspiró la onda humilde y triste:
—Tú me crees descarriada; mas ¿no viste
cómo muere de sed el laurel rosa
que han plantado a la vera del sendero?
Dar de beber a su raíces, quiero.
Antes que bella, debo ser piadosa.
Juana de Ibarbourou