A ártico cielo y soles de Brasiles
A dura sombra el día, a dura sombra
Absorto pez, dormida golondrina
Agua limpia, clara, clara, clara
¡Ah, fuente mía, espejo de la tarde
¡Ah, qué estoy cansada! Me he reído tanto
¡Ah si pudiera ser de piedra o cobre
Ahora soy zagala que apacenta un rebaño
Allá, por Cerro Largo, es Primavera
Amante: no me lleves, si muero al camposanto
Amor secreto, gracia esclarecida
Ancho zurrón, ni pan moreno lleva
Ángel Falcó me trajo heroica talla
AUTORROMANCE DE JUANITA FERNÁNDEZ
¡Ay espada del agua ya perdida!
Azucenas lunares y luciérnagas
Bajo la luna llena, que es una oblea de cobre
Bajo las alas rosa de este laurel florido
Bebo del agua limpia y clara del arroyo
Bendita la herida que llaga mi planta
¡Beso que ha mordido mi carne y mi boca
Bestia celeste, sol que el ojo aduerme
Borriquillo blando de la Virgen María
Caronte: yo seré un escándalo en tu barca
Cerrado el horizonte hasta mi puerta
Como es la lana de vicuña nueva
¡Cómo mi nombre es repetido: Juana!
¡Cómo resbala el agua por mi espalda!
Como San Sebastián, blanco de dardos
Como un ala negra tendí mis cabellos
COMO UNA SOLA FLOR DESESPERADA
Con menta y con llantén llega el Otoño
Con qué ternura escucha mi oído los adioses
Con tu hímnica espada de diamantes
Corazón de niña, corazón en canto
CORONA DE CORAL SOBRE MI FRENTE
¿De dónde viene este aire de inocentes
De la brasa de amor que me consume
De mi campo, a pequeñas bestezuelas
¿De qué jugo negro, de qué zumo amargo
¿De qué raso, Potencias, cómo era
Delicia, delicia de la casa en sombra
Desde la curva orilla de la luna
Desprende una tristeza aherrojante y extraña
Dulce equilibrio de amapola y viento
¡El agua misteriosa callada y sensitiva
El agua tiene un alma melancólica y suave
El amor es fragante como un ramo de rosas
El áureo hexámetro o la cuaderna vía
El día de duraznos, la noche de centauras
El río se alza vertical, de oro
El ruiseñor azul de mi entresueño
ELOGIO DE LA LENGUA CASTELLANA
En el agua la estrella se refleja
En el fósforo vago de la muerte
En el hato de vacas cariblancas
En la playa que el viento de otoño hace más sola
En mi ansiedad por el naciente día
En mi gran soledad florece el canto
En mi vega oriental, verde collado
¿En qué silente cinturón de espuma
En su alazán sin freno ni montura
En su caballo de ligero vidrio
En tus ojos sombríos me he mirado
Es alegre el camino bajo las ramas
Esmaltan el contorno entero de la fuente
Esta inquietud... Esta inquietud. —¿Qué oscura
Estaba tan absorta frente al mundo
Estás labrando en mí la nueva vida
Este dolor heroico de hacerse para cada noche
Este viento que riza y que desriza
Estoy ahora impregnada toda yo, de dulzura
Flauta de sal, ayer; hoy dulce caña
Flota un áspero olor de hinojos y de espinos
Frío está el joven de feliz estampa
Glotona por las moras tempraneras
Hacia el cielo tu himno de rubíes
He bebido del chorro cándido de la fuente
He de hallar la pajiza flor del alba
He de tener mis sauces, mis mastines
He mordido manzanas y he besado tus labios
He visto a la muerte de cerca, de cerca
He vuelto de la cita con cuatro alas de abejas
Hemorragia de luna sobre el parque plateado
Hilito de agua turbia de la fuente
Hoy estoy triste, amor. Hoy tengo el alma
Hoy he pasado por un camino triste
Hoy he visto un seto cubierto de rosas
Iremos por los campos, de la mano
La espuma me salpica como un rocío blanco
¡La luz duerme, la luz no se despierta
La materna sombrilla de los pinos
La noche baja del perfecto cielo
La palma, talle juvenil del aire
Lo quiero con la sangre, con el hueso
La sutil hilandera teje su encaje oscuro
Las mariposas blancas me seguían
Lejos estaba el agua de mi fiebre
Llegaste a mí y en ti yo estoy viviendo
Lunes de trabajo, lunes de limpieza
Magdalena: yo a veces envidio lo que fuiste
Me da tu rostro pálido, la espuma
Me encontraste en la orilla de la vida
Me ha quedado clavada en los ojos
Me he ceñido toda con un manto negro
Me soñaba una ninfa entre las ondas
Me vestiré de blanco, me aromaré de rosas
MENTA, DESESPERADAMENTE HIEDRA
Mi alma en torno a tu alma se ha hecho un nudo
Mi alma era una choza cerrada a cal y canto
Mi tristeza es estéril como un arenal
Mi voz, mi voz, las voces de tu aliento
Miel de la niebla sobre el cielo en llamas
Mimbre del aire, azahar del mediodía
Monja Noche es augusta, misteriosa, callada
Morir y renacer es mi ejercicio
Muchachuelo de brazos cetrinos
Ni la perla feliz, iris menudo
No codicies mi boca. Mi boca es de ceniza
No he podido dormir. Esta noche
No quiero descender en lluvia mansa
No sé de donde regresó el anhelo
No sé qué fragancia a azahares
No termines, ¡oh día!, sin dejarme en la mano
¡Oh este rayo de sol que a mi alcoba se cuela
¡Oh la luna, la luna que cantan los poetas!
¡Oh lino, madura, que quiero tejer
¡Oh! No es, no, mi carne, la que sufre el martirio
Parece que mi vida presente fuera un pozo
Párpado gris, inmóvil, con arrugas de piedra
Por fin el sol, el sol frente a mi cara
Porque me diste la palabra y pudo
¿Qué es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen
¿Qué flauta sin flautista canta al día
¡Qué pequeño es mi sueño, qué delgado
¿Qué torcaza de seda se levanta
Quererte con el iris, con el trueno
Relámpago vital, liebre cenceña
ROMANCE DE LAS VÍRGENES FATUAS
Rueda-rueda de árboles, como antes
Sauce, mírate en mí. Me pondré quieta
Se ha apagado el fuego. Queda sólo un blando
Si todas las gaviotas de esta orilla
¡Si vieras qué cama tan suave es el pasto
Si yo fuera hombre, ¡qué hartazgo de luna
Si yo supiera de qué selva vino
Siento un acre placer en tenderme en la tierra
Sin espejos la tarde, escaso el día
Sirena que en el sueño me has llamado
Sobre la flor azul de la achicoria
SOLO MI AZOR Y YO LA MUERTE FINA
Soy hija del llano. Nunca vi montañas
Te tengo en el alma clavado lo mismo
Te voy dando el aliento de mi vida
Tenía las pupilas tristes y tenebrosas
Todo el mar es un mar hecho de peces
¡Todo el oro del mundo parecía
Tómame ahora que aún es temprano
Tómame de la mano. Vámonos a la lluvia
Traspasado de menta se va octubre, el soleado
Tu rostro siempre en mi sangre
Tuve la rosa, el ruiseñor, el río
Un Padre Porto que ora y hace verso
Un perfume de amor me acompañaba
Un prado de coral sobre las lises
Una parva es un lecho que Amor aroma y mulle
Vas por mis llanos sin los girasoles
Viviendo espadas y bebiendo vientos
Vivo en la noche, Sirio desvelado
Voy a quedarme quieta, sin acento
Yo fui la luna de su madrugada
Yo odio a la luna. La luna me embruja
Yo siento por el agua un cariño de hermana
Yo siento por la luz un amor de salvaje