MINERVA
Allá, por Cerro Largo, es Primavera
con oro y rojo de los macachines.
S alvajes y tostados serafines
duermen siesta en el trigo de mi era.
Allá, por Cerro Largo, es Primavera,
pero yo he traspasado los confines
del Otoño, y conmigo, mis mastines
miden a pasos lentos la pradera.
Melancolía de ceniza pálida
en medio de la luz mielada y cálida
entre la azul riqueza de este día.
Venus y Diana me han abandonado
y tan sólo Minerva, a mi costado,
me habla, doctamente, de poesía.
Juana de Ibarbourou