LIBERACIÓN
En el hato de vacas cariblancas
y mamones terneros bien nutridos,
el viento aprovisiona sus mugidos,
restañando su látigo en las ancas.
Junto a la llama leo libro amado.
Duerme mi azor al son de la ventisca,
mientras el sueño ya mi ojo pellizca
y me guiñan mis perros al costado.
Paz. La casa es pequeña y melodiosa.
En la música blanca de la rosa,
alrededor del vaso de la miel.
El toro-viento muge, mas no hiere
y de espaldas a mí la senda inquiere,
el rizo de las hadas de la miel.
Juana de Ibarbourou