DUEÑA
Vas por mis llanos sin los girasoles
de las cegadas albas del otoño;
vas por mis noches sin las bordaduras
de las constelaciones fuego y oro;
vas por mis ríos vueltos al silencio,
por mis caminos de saladas piedras;
vas donde voy, mi fiebre, tú, mi fiebre,
entre la red oscura de las venas.
Me alejo de los cielos y a mi lado
sigues conmigo esclavo,
por las rutas que temes o abominas,
por los turbados y secretos páramos.
Conmigo vas sin rostro y sin aliento,
eres mío sin yodos y sin cales;
conmigo vas, mi siervo, en las arterias
que sostienen los mares de la sangre.
Juana de Ibarbourou