NUEVA ESPERANZA
Para esta mañana submarina
misteriosa de bruma prematura,
tengo toda sapiente criatura
una nueva esperanza cristalina.
¿Qué sería, si no, del alma fina,
qué, de la vida y su frutal frescura
si el ser erguido se hunde en la negrura,
y no hay defensa contra la neblina?
Haz tu jardín, ¡oh ánima de ensueño!
para la casa pálida del sueño.
Bruñe tu sol de oro permanente.
Su luz ha de vencer la helada sombra.
¡Escucha el fiel arcángel que te nombra
desde el invicto cielo de tu frente!
Juana de Ibarbourou