HORA XV
Las almas buenas acá en el suelo
Su mundo propio tienen también,
Mundo que encierra paz y consuelo,
Anticipado rincón del cielo,
Segundo Edén.
¡Oh! ¡qué distinto de Ios salones
Que adorna estéril la vanidad!
Todo es en ellos regias ficciones,
Y en estas puras, anchas regiones
¡Todo es verdad!
Mirar dos almas la misma estrella,
Cambiar las llaves del corazón,
Eso es con firme, callada huella,
Por los umbrales pasar de aquella
Feliz mansión.
¡Feliz! de lejos tal vez severa;
¡Ah! verla solo te hace temblar,
Cual palidece joven viajera
Cuando en la playa por vez primera
Contempla el mar.
No esperes dichas en ese mundo
Donde es perfidia todo y temor,
Y ven a este otro santo y profundo
En donde reinan, Edén segundo,
¡Verdad y amor!
Miguel Antonio Caro