POETAS
Hay el poeta que escribe al rey o al duque,
y se dice su criado. Señor
(susurra levemente) y se prosterna
y le besa los pies.
Canta junto a la mesa de su amo
cubierta de manjares,
pero sabe que nunca podrá sentarse a ella.
Es el poeta feudal.
En algunos lugares viste anacrónicamente de frac.
Hay el poeta a quien la poesía
sirve para abogar por la injusticia.
Avanza en un auto serenamente móvil.
Puede sentar en la silla eléctrica
a sus amigos inocentes.
Es el poeta del gran signo $ sangriento
que cree que vamos a creerle que él se cree demócrata
porque va a todos los sitios en que se dice: traje de calle.
Hay el poeta hecho al áspero tumulto ciudadano,
a la discusión en el sindicato,
al paso de las guerrillas,
y que habla el idioma simple y compañero
del que trabaja a su lado.
Como en la fábula clásica
es el dueño del fuego y la esperanza.
Sabe de palabras terribles, como la palabra
NAPALM
y ha visto las espaldas del pueblo lamidas por esas
lenguas del infierno; y la palabra
GUERRA
llena de estruendo y humo,
y la palabra
NIXON
que hiede como el agujero de una cloaca. Pero conoce
también palabras como
VIETMAN
PERÚ
CUBA
CHILE
BOLIVIA:
esta última empapada en sangre fresca de estudiantes y
mineros; y por fin la palabra
VENGANZA
que traducida a la lengua general de nuestros pueblos
quiere decir
VICTORIA.
Nicolás Guillén