HOGAR
Encendido en palabras puras
el fuego conversa conmigo.
Como un abuelo labrador,
de cenizas encanecido,
llamea su boca barbada
un consejo de campesino.
Y tiene sencillez de campo,
sencillez de ropa de lino,
sencillez de pan de centeno,
sencillez de ataúd de pino.
Un poco de cielo desciende
al humoso ademán tranquilo.
Francisco Luis Bernárdez