Amor antiguo, cuya sombra empaña
Aquel afán de ser, árbol amigo
Aquel entendimiento que callaba
Aquí donde la tierra es menos tierra
Así como en el llanto del poniente
Aunque el cielo no tenga ni una estrella
Bello sería el río de mi canto
Cuando mi luz estaba consumida
Dame asilo en tu reino compasivo
¿De quién es esta voz que va conmigo
Dolor y amor en forma de agua y fuego
Dulce como el arroyo soñoliento
El sentido del tiempo se me aclara
En cada ser, en cada cosa, en cada
En el silencio de la tarde suena la voz de una campana cristalina
En la ciudad callada y sola mi voz despierta una profunda resonancia
En la mirada azul del cielo pierde
En la pauta feraz del labradío
EPITAFIO A UNA MANO DE LABRADOR
¿Es el paso desnudo de la rosa?
Estar enamorado, amigos, es encontrar el nombre justo de la vida
Este poema tiene un día dormido entre los brazos
Hermano pan: en el mantel de lino
Inaccesible al viento que suspira
LA NIÑA QUE SABÍA DIBUJAR EL MUNDO
Líbrame de este sueño de agonía
Ni el tiempo que al pasar me repetía
No digas nada, no preguntes nada
No sé quién la lloró, pero la siento
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOS BUENOS AIRES
ORACIÓN POR EL ALMA DE UN NIÑO MONTAÑÉS
Para que el alma viva en armonía
Perdónalo, Señor: era inocente
Quiero subir por tu escalera de oro
Si el mar que por el mundo se derrama
SONETO GRABADO EN EL TRONCO DE UN ÁRBOL
Su musicalidad de agua secreta
Tan unidas están nuestras cabezas
Te llamé con la voz del sentimiento
Todas las noches de aquel tiempo
Virgen que das el puerto de tus brazos
Ya soy feliz, ya tengo un hijo
Yo que tengo la voz desparramada