INVOCACIÓN A APOLO
Hímnico padre: los que nacemos y morimos
al pie de tus colinas silbadoras,
imploramos de ti nuevas auroras
para la esclavitud en que vivimos.
Y porque somos de tu casta y vimos
crecer a Pan y enliriecer las horas,
concédenos, como a él, flautas sonoras
y a nuestra senectud claros racimos.
Y si oímos tus cítaras y damos
a tu ser nuestro espíritu y cantamos,
a pesar del sepulcro y los desiertos;
si vamos a partir, déjanos verte
radiar la luz que tu armonía vierte,
sobre el dolor de nuestros himnos muertos.
Germán Pardo García