NOCHE DE IRA
a Pilar Lojendio
Hablemos de la noche en que me incluyo,
del día que no llega.
La razón de tu voz no protege:
ni el sol de la justicia mientras sigan
discriminando
el aire que respiras,
tu sombra las ciudades,
tus pasos las aceras.
Los brazos de tu cuerpo
no terminan en manos:
púgiles son las dos,
nudos de piedra,
ajedrez de pistolas.
Ved su rostro de guante:
una sien es asfalto, la otra silla eléctrica:
cloaca es una oreja y rascacielos otra,
y si un ojo le llora el otro sangra.
Tiene una visión doble
y la estrella en la bandera
es espuela en su costado.
Sus piernas son iguales,
las dos caminan
sobre ascuas.
En resumen,
escucha su lenguaje:
«Para tener derecho a sonreírme
un corazón artificial me han puesto».
Pedro García Cabrera