HUITZILOPOCHTLI
FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN,
Historia general de las cosas de la Nueva España.
Nació feroz, ni quien lo dude.
Con su antifaz negro moteado de estrellas,
su rodela y sus dardos azules,
Huitzilopochtli era imponente.
Mamá Coatlicue, barrendera de templos,
se sintió orgullosa del hijo guerrero,
que armado salió de su vientre
listo para flechar a sus cuatrocientos hermanos
celestes, y despeñar a su hermana la Luna.
Todos los Tezcatlipocas estuvieron de acuerdo:
El dios del sol en su cénit era como fuego vivo,
con su cara rayada y su pierna emplumada.
Uitzilin, uitzilin opochtli,
cantaban los colibríes del sur
al futuro gobernante de México,
imaginándolo con la banda presidencial en el pecho,
una metralleta en la mano derecha,
y un corazón humeante en la izquierda.
París, sábado 8 de agosto de 2009
Homero Aridjis