I
HIZÁN Y DARAJA *
Por cabo de cien jinetes,
el noble Gutierre marcha
sobre el campo de Gumiel
desde la fuerza de Aranda.
El más valiente caudillo,
de cuantos ve la campaña
desde el Duero al claro Tormes,
desde el Pisuerga al Adaja.
Monta una manchada yegua,
que riberas del Riaza
nació a ser exhalación
y asombro de las comarcas.
Lleva pendiente del hombro
una berberisca adarga,
a Celín ganada, jeque
de Medina y Almenara.
En la vigorosa diestra,
defensa ya de su patria,
rige el animoso joven
un recio roble por asta.
Una ancha cuchilla ciñe
en mil reencuentros probada,
contra las vidas alarbes
fatal segur de la parca.
Sale, pues, tan orgullosa
la juventud castellana,
que a mirar su bizarría
suspende el Duero sus aguas.
Los generosos caballos
marcial música compasan
al son del hierro que imprimen,
y al son del hierro que tascan.
Ya descubren de Gumiel
las ardientes atalayas,
y en los cultivados campos
las adultas mieses talan.
Sintiendo el rebato Hizán,
presuroso se levanta
a los brazos de la muerte
de los brazos de Daraja.
Daraja, deidad morisca,
de cuyo amor a las aras
seis años fueron de Hizán
servicios ofrendas vanas.
Al primer paso tropieza,
y requiriendo las armas,
herida la diestra mano,
con sangre el estrado mancha.
Túrbase la bella mora
con señales tan infaustas,
y de tan tristes acasos
tristes vaticinios saca.
Enmudécela el dolor;
pero una sola mirada
dijo de una vez más cosas
que dijeran mil palabras.
Cadenas hace sus brazos,
que el cuello de Hizán enlazan,
y de sus lágrimas tiernas
segundas cadenas labra.
Mas, viendo el valiente moro
que hace ya en el campo falta,
sus lágrimas reprimiendo,
así, al despedirse, la habla:
«No temas, Daraja bella,
que a los enemigos salga,
que a quien venció tus desdenes
no habrá que resista nada».
Salió al campo; y don Gutierre
al encuentro se adelanta,
y de los demás seguido,
la sangrienta lid se traba.
Vicente García de la Huerta
* También intitulado Romances imitación de don Luis de Góngora.
Los párrafos en amarillo se omiten en el manuscrito, aunque aparecen en la ediciones impresas. Como modelo de versión impresa seguimos el texto en la red de cervantesvirtual.com.