FINAL TALUD
¡He llegado a un talud en mi aventura
de circunvalador del infinito!
¡Mi nombre dejo sobre el agua escrito,
o en la pared que la humedad rotura!
¡Como soldado defendí clausura?
¡Como silente sepulté mi grito!
¡Como demonio padecí proscrito
y como arcángel me cubrí de albura!
¡Arbóreo el esternón, selva de acanto
con estruendo de nubes aquilinas!
¡Del salitroso manantial del llanto
tuve en la faz cisternas masculinas,
y en los pliegues magnéticos del manto
la Clave de las Páginas Divinas!
Germán Pardo García