HUÉSPED SOLO
Todo lo encuentro, pero no en su sitio.
Veo allí unos objetos que me hacen recordar mi penoso camino;
los toco, los siento como pegados a mis preguntas,
son los de siempre,
pero al contacto de mis manos toman otra estatura;
tienen la edad que tienen mis cosas físicas
pero si de repente le cae a la yerba rocío,
pero si de súbito cae un poco del día en la fresca herida,
los pequeños objetos toman de pronto edades increíbles:
ellos mismos se toman el derecho a la voz,
se levantan como un día con anchura de madre.
Porque también es madre la tiniebla
de donde sale un poco la historia de la sangre.
Manuel del Cabral