HAY QUE COMER CARNE DE GATO...
¡Oh, que ingente
tristeza y que infinito
deseos de emigrar!... Y diariamente
comiendo gato frito...
Vivir la provinciana
ñoñez.. Y en la rutina
cotidiana,
de una simplicidad de vaselina.
Simple, un puritanismo
de curato
que predica lo mismo
de siempre: —"Hay que comer carne de gato".
Luis Carlos López