HUÉSPED EN POLVO
Esto que lo rodea,
esto que en la distancia tiene su primitiva,
su inevitable fuerza;
esto que ya te sale de tu cuerpo;
esto que no te sale de tu cuerpo,
esto que sale ha tiempo de planetas antiguos;
esto que viene sin horario, furioso y desatado,
esto que viene siempre
levantado de clima de animal y de ángel,
y a veces,
de lágrimas de viaje,
y a ratos,
de caprichos, de algo
que siendo lo accesorio se levanta y de súbito
te resume distancias,
como si de repente se escuchara en su gota
conversación de siglos.
Pero a veces,
tú lo dejas caer como una piedra,
como una piedra simple,
esto que casi siempre no se cae como cosa
de física inocente...
Esto que tiene a veces palabras en latín,
olor de incienso alto,
esto que cabe a veces en un anillo serio.
Se te van desprendiendo:
los ojos,
los brazos,
la sonrisa,
la voz, tu cifra líquida.
¿Con qué entonces
vas a preñar tu aire de preguntas?
Tal vez con esta gota que está anciana de pura,
con esta gota blanca que se te cae tan vieja
como el mar que era gente en el primer sudor.
Manuel del Cabral