LAS HERENCIAS
Enfermedades en mi casa
Pablo Neruda
Hijo mío, me duelen las herencias
Esta culpa, zarza que arde y me quema,
y que no me concede saber cual fue el pecado
En tu inocencia se mira mi inocencia
como en uno ojo de agua que me cuenta una historia
que ya ha sido olvidada
y otros hablan entre tus voces turbias
y otros sufren de nuevo entre tus sueños
y en tu silencio sufren
otra vez más aquellos que están muertos
y tu herida
es una pena antigua que por mi sangre pasa
y estalla en la entrañas en que nadaste un día.
Piedad Bonnett