LA ESPERA
La tristeza terminal y la espera,
la interminable espera de nada.
Philip Roth
Al padre le han extraído la laringe.
Ahora su lengua es un músculo triste
que a veces da patéticas batallas.
La madre está bastante bien, dicen los hijos.
Ha perdido
un tanto la memoria —es natural—
y ya no hay mucha fuerza en sus manos artríticas.
Pero para sus años. Sí, algo de malhumor. Y el padre,
es cierto, se deprime.
Y nosotros, dice la hija mayor. Qué más podemos hacer.
Eso es la vida.
Amanece. Anochece.
Padre y madre se mueven con un cierto sigilo.
En su mirada hay esa luz temblona
de los que esperanzadamente esperan.
Piedad Bonnett