A favor del vivir —sea eso lo que sea—
Algunos paisajes de mi infancia han muerto
Aminta, con un noli me tangere siempre en los labios
Aquel verano, delicado y solemne, fue la vida
Bien sabes que estos años pasarán
CATÁLAGO DE LIBROS RAROS, AGOTADOS Y CURIOSOS
Como los ángeles —con su palor de tanta
Como todos los jóvenes, yo también he buscado
Con un dedo en los labios, un arcángel ordena
Cualquier ciudad es un secreto
Cuando agitas la esfera de cristal
Cuando éramos dioses inmortales
Cuando me paro a hablar de mí conmigo
De niño andaba con sus pies de plomo
De todo comienza a hacer bastante tiempo
Dimos en aquel bar de aquel suburbio
El brillo de la noche, ¿qué era eso?
El día te sorprende corrigiendo unos versos
EL MOMENTO EN QUE LA NOCHE TERMINA
El pasillo cuyo final no alcanzo nunca
EL POETA JUAN DE TASSIS DESCRIBE LOS SEPULCROS
El que posee el oro añora el barro
EL SÍMBOLO DE TODA NUESTRA VIDA
En aquel tren, camino de Lisboa
En ellos aprendemos ciertas cosas
Entré en la casa blanca con mi incierta
Era un sonar de llaves indecisas
Es como si de repente, en el aire
Es la última. Las demás las he ido regalando
Es un arte vacío, que dice de la muerte, la escritura
Ese viejo café de tertulias burguesas
Este arte sombrío no se ajusta a la vida
Este día de lluvia y este sol enfermizo
Extendía la herida roja de las manzanas
FORMULACIÓN DEL MECANISMO DEL TIEMPO
Hay algo de inexacto en los recuerdos
Hay noches que debieran ser la vida
Hay un lugar en que la vida tiembla
Imagínate el tiempo como un perro que huye
La lenta concepción de una metáfora
La luna era ese párpado cerrado
La piel que transparenta un alma fría
La vi primero en sueños —con esa imprecisión
LAMENTACIONES Y PROPÓSITOS DE SILVIA
Las ciudades sin ti no las recuerdo
Lo que se va. Esta fuga. Cuanto mueve
Lo que sin duda he perdido no lo sé
LOS CONVIDADOS DE LAS ÚLTIMAS FIESTAS
Los focos han dañado mi vista y mi memoria
Me dice que le gustan mis perfumes
Mientras huelo la rosa de papel
MURMULLO EN LA ESCUELA NEOPLATÓNICA
Noches de Jueves Santo. Relucen los velones
Nos van dejando solos los mayores
POEMA DE LOS SERES IMAGINARIOS
Qué honda devastación. Qué limpio el viento
Qué limpia exactitud la de esta niebla
Quién dora las estancias con los cirios de noche
Quien pone su mano sobre el agua
¿Quiénes son estos tipos de apellidos sonoros?
Recuerdo una ciudad como recuerdo un cuerpo
Relojes digitales, como lunas heladas
Se alejaban los barcos cargados de tesoros
Sé que llevo mis tropas a la muerte
Si alguna vez sufres —y lo harás—
Si el tiempo en la memoria no muriese
Todos hemos llegado, a esta hora
Un cuidado amoroso se ambiciona
Un punto de partida, alguna idea
Vencido queda el arte del deseo