SOLEDADES
Nos van dejando solos los mayores.
Se irán
la fresca juventud y los amores cálidos.
Y partirán de pronto, sucederán qué cosas,
propiciarán qué cartas, y qué libros amargos.
Alzando va ya el tiempo la alta torre
de la soledad, que nubla el cielo.
Y nos llama la sombra con su mano enemiga.
Y se adentra en lo oscuro
nuestra herida memoria.
Ya nos lleva la vida por senda entenebrada,
solos ante la destrucción de cuanto amamos.
Y ese viento que ahuyenta las estrellas...
Felipe Benítez Reyes