EL CAFÉ
Ese viejo café de tertulias burguesas
evocado en los versos de Fernando Fortún
retrata una edad rosa de rímel y marquesas,
de logias modernistas, de seda y calambur.
Un tiempo que me hubiese gustado conocer
—las trompas de Rubén, los desplantes de Valle—
dejando en mis poemas el habla de la calle
y el eco purpurado de Stéphane Mallarmé.
Me daría lo mismo malvivir en pensiones
si mis versos gozasen de la estima y respaldo
de Machado (Manuel) y Leopoldo Lugones.
Pero mi tiempo es otro. Malvivo en una casa
de quince habitaciones, mis versos van de saldo
y aquellos personajes son nombres del Espasa.
Felipe Benítez Reyes